── Refleja de mi tanto como quieres, absorbe en la bruma lo puro y lo impuro ¡Juguemos a que no existen las reglas!
Aclaro a mono de juego mientras le alejaba de ella, arrancando sus jadeo de sus impuros labios como una tejedora desentrañaba en las carnes el descarte de un recuerdo.
Sonrió aleguas complacida por su respuesta, sujeto con un poco de fuerza su cuello plasmando sus huellas dactilares, entonces complacerla valía la pena por el módico precio de erradicar su pecado ¿Con que esas tenemos? Bueno que comience la tortura.
── Puedo hacerlo, mañana, tarde o noche pero,
pero, pero... No creo que aguantes tanto.
Retirando su mano de su cuello fue a buscar unos juguetes, con los cuales la noche seria muuuy pero muuuy larga.
Vιvιᥲᥒᥲ ᥴᥲsι ᥱs ᥴoᥒtrᥲρrodᥙᥴᥱᥒtᥱ ᥒo ᥴomρᥣᥲᥴᥱrtᥱ, ᥱᥣ ρrᥱmιo ᥱs ᥲᥣto ᥲᥣ ρᥱᥴᥲdo. Cerraba sus ojos mientras sentía sus dedos sobre la piel de su cuello, no le importaba era un maldito bastardo que disfrutaba del dolor tanto propio como ajeno. Hᥲstᥲ ᥴᥙᥲᥒdo mᥱ tortᥙrᥲrᥲs ᥲsί.
Estaba demasiado cerca, pero la sentía ajena una suave brisa de primavera golpeando su rostro arrebatando suspiros a placer; pues el tacto sobre su piel era un punto de quiebre hilarante en su mente.
Mirada su actitud como la pequeño roedor acorralado por una fiera, era una ternura ¡Tan lindo! pero sin mando Viviana afloraba sus espinas trepando alrededor de su cuello tan lentamente que era capas de apreciar su pulso cardíaco.
Sus orbes no se apartaban un momento de la joven, era casi como ser torturado de una manera tan tangible que sentía como se encendían sus sentidos; separando sus labios cuando se retiro produciendo un suspiro entre cortado por las palabras dichas.
