Ella sabía que no haría nada extraño por lo que su guardia estaba baja, le sonrió amablemente quedándose en donde estaba posando su mano sobre la mesa.

──Lo sé, no te preocupes ahorita no está pero siempre tiende a aparecer en los momentos que son necesarios ¿Cómo has estado?

— En realidad lo dije para que ni tú ni tu amo tengan que preocuparse.

Apartó la mirada rascando su mejilla mientras reía un poco nervioso, al ver la copa de vino le miró brevemente con una sonrisa, después tomó la copa con una mano y dio un sorbo.

── Entonces eso me deja incapacitada para ser tu obra de arte, a menos que encuentres otra manera.

Termino de estirar su cuerpo para solo dar unos pasos acortando la distancia entre ambos, extendió su mano hacia la derecha y tomo una copa de vino para ofrecerle algo de tomar.

— No te preocupes, mi único lienzo es el campo de batalla y sólo sé pintarlo con la sangre de mis enemigos.

── Te diria que pintaras sobre mi lienzo en blanco pero mi dueño se enfadaria.

— ¿Cómo puedes convertirte en arte?