VioletEvergarden1558613

Mi niña linda, muchas gracias, te adoro y quiero mi regalo, a ti cariño mío

[code]Me mal interpreta señorita... yo no le tengo miedo ni a sus mordida, ni ah ser disparado... ya debería saberlo je je je, si soy una atrevido, la desafió a tener un rol conmigo y me descubra, no se juzga un libro por su portada[/code]

[code]No había tenido oportunidad de pasar a saludarle, pero si noto el cambio que dio jovencita, sigue siendo igual de hermosa, sea la forma que tome, cualquier cosa, un gusto le serviré je je je[/code]

[code]Encantadora... la chica mas linda (después de mi claro xD hahahahaha) de Iorbix... aqui dejo mi huella, pasando a saludar y bueno... quizás deberíamos tener algún buen rol n.n claro... si gusta.[/code]

-Como era costumbre y algo esperable en él para quienes lo conocían, el asesor del FBI Patrick Jane había decidido tomarse un tiempo libre. No era para ir a algún lugar en concreto, tampoco para ver a alguien, simplemente necesitaba pensar, y así era como lo hacía: aislándose. En esta ocasión, moviéndose sin rumbo con su caravana, había dado con una playa bastante tranquila. No significaba que estuviese solo allí, de hecho de tanto en tanto pasaba alguna o varias personas a pasear por la orilla, pero nadie conocido, que era lo que le importaba.

Estaba sentado sobre la arena, en soledad, sintiendo la brisa marina que tanto le gustaba y aminoraba el molesto ruido de sus pensamientos. Por un momento, sonó su teléfono móvil. Lo sacó del bolsillo trasero de su pantalón y miró de quién estaba recibiendo aquella llamada. No contestó. Colgó bloqueándolo y lo volvió a guardar. Era algo típico de sus desapariciones, se volvía difícilmente localizable para cualquier persona.

En un momento en que había decidido dejar la mente en blanco, pasaron dos personas caminando a paso lento por delante de él. Pudo escuchar su conversación. Hablaban de un oficio que él desconocía, un servicio que parecía consistir en personas que se especializaban en la escritura de cartas, para expresar sentimientos que el cliente era incapaz de expresar con soltura: "Auto Memories Dolls". Ese nombre quedó bien guardado en la mente de Patrick, que dentro de sí se sintió en la necesidad de recurrir a ello cuando acarició el anillo de matrimonio que llevaba en su mano izquierda-



-Se tomaría un rato para pensar aún después de que las personas de las que escuchó el oficio se habían alejado de su posición por completo. Al final se decidió, se movió y tomó el volante de su caravana para poner rumbo a la oficina en la que al parecer trabajaban aquellas mujeres. Afortunadamente se había despertado temprano aquella mañana, pues le costó varias horas llegar al lugar. Desconocía cómo funcionaba exactamente ese oficio, o cómo podía contratar la ayuda de alguna trabajadora, pero para no variar se lanzó a la aventura-

Ahh... ¡Hola! ¿Es aquí donde trabajan las Auto... Memories Dolls?

-Preguntó Patrick habiendo arribado en el edificio, a la primera persona que encontró en su interior. Una chica que compartía su mismo color dorado en el cabello y tenía un vestido bastante elegante. Con un vistazo ya le dio una idea de a qué pudo haberse dedicado antes de estar en aquel lugar. Echó un pequeño vistazo alrededor, el aspecto interior y se aseguró de no haberse equivocado, antes de sonreír con amabilidad a la señorita-