¿¡Eh?! ¡¿Angelical?! Yo es que lo dudo muchísimo. –volvió a quejarse pero no de desagrado, sino que realmente no esperaba recibir aquellas palabras. Quizá lo decía porque no la conocía en realidad o era alguien que simplemente le gustaría cualquier compañía al final.– Vaya, no creí que pensarías eso también. No sabes lo que me cuesta educarlos y aún así algunos no aprenden aunque me sobrepase, es como si les gustara mi violencia y en esos casos no sé qué hacer.