« Back to Album · Next »
 
Newest First | Oldest First
DevanaHunter · 26-30, F
Tenía que ser sincera con la rubia, había Sido una esposa egoísta aunque su idea para ambas era algo que deseaba, no se lo había dicho a Vexanna por sorpresa.

— Hoy dormiremos juntas... se que he estado ocupada última... Lamento descuidarte mi amor...

Era muy sincera, entrelazó sus dedos con los contrarios sin separarlos mirando a la rubia.

— He Sido una mala esposa.... No quiero descuidarte, tengo este proyecto que de verdad quiero sacar... Pero debo tener un equilibrio en ambos... Vexanna... ¿Me amas a pesar de lo ... Que pueda llegar hacer por estar bien juntas?
Vexanna · F
En paralelo a Dev, la rubia comía lento en pequeños bocados. No quería terminar su comida pronto, así podía retener a su esposa un poco más.

— Tienes razón. Por ese motivo me alejé un tiempo del hospital, pero me agrada volver.

" Así no me siento tan sola ", pensó.
En ese momento Vexanna se acaba un taco, limpia sus labios con una servilleta y sus llamativos ojos azules se concentran en la azabache.

— Tenerte aquí hace de este día uno casi perfecto. Si pudieras dormir conmigo esta noche, lo sería.

¿Captaría Devana la indirecta?
DevanaHunter · 26-30, F
Se sonríe ladina comiendo aquel taco, a veces tenía un sentido del humor oscuro, pero se corregía por su esposa.

— Me hablas de que fue exitante y me emociono por ti, no todos los días se puede presenciar algo de esa magnitud.

Da mordidas amplias, tenía hambre, callaba su mente por un rato para disfrutar al menos la comida.

— Que se muera alguien en tus manos consecutivamente... Digamos que te pone frío ante la vida
Vexanna · F
Vexanna quería entender, pero aunque hiciese preguntas, se volvía el estereotipo de rubia tonta porque no lograba entender, y eso la frustraba. La ciencia era su enemiga. Por eso guardó silencio, alegrándose por lo que creyó era algo bueno.

— Estas cada vez mas cerca de un resultado satisfactorio, entonces.

Soltó su mano y dispuso su atencion a los tacos. Antes de dar bocado, sonríe de lado observando a Dev.

— Cariño, no seas macabra. Esas preguntas que haces antes de comer... No, ella no murió.
DevanaHunter · 26-30, F
Por un momento se respiro suave y hondo sin embargo, fue relajando el cuerpo continúando esas caricias a la mano ajena, tenían rato sin hablar, sin tener esa cercania de saber la una de la otra. Devana había caído en cuenta el tiempo que había pasado ¿Cómo no había perdido a su mujer? Cualquier esposa se habría agotado por tanta distancia de su pareja.

— Sigo resolviendo algunas ecuaciones para lo que necesito hacer, ha Sido rudo...

Eleva su vista a los orbes de ella, con su mano libre se arregla sus lentes. Oh, maravilla, habían traído la comida. Devana sin embargo quizo charlar un poco más antes de disfrutar aquella comida mexicana.

— Solo necesito la llave de algo para poder continuar...

"tu, mi amor"

Fue lo que pensó, Vexanna sería la clave para continuar aquel proyecto con su ADN.

— ¿Que tal fue esa experiencia del infarto, murió la persona?
Vexanna · F
¿Cuándo había sido la ultima vez que hablaron sobre temas rutinarios, como el trabajo? Vexanna estaba contenta en responder, acomodándose en la silla con una mirada pacífica hacia su Devana.

— Estupendo. Hace tanto tiempo no estaba en un hospital, que asistir en un infarto fue estimulante. Y ¿tu, cariño?

Allí se quedó dudando si seguir con el rumbo de la conversación. El trabajo parecía ser la causa principal de la distracción en la científica esos meses pasados, la rubia se había abstenido a intervenir por mucho tiempo.

Sutil, se aclara la voz mientras presiona su mano.

— ¿Qué tal va todo?
DevanaHunter · 26-30, F
El tiempo se detuvo al escuchar aquella respuesta y caricia de su esposa a la azabache, el instinto de asesino que tenía Devana era único, sin embargo quien la sacaba de ese trance era aquella mujer, sabía cómo hacerlo. Aunque Devana admitía que era el amor que tenía hacia ella.

Sus dedos y mano atraparon la ajena para dejar también caricias a estas, le gustaba sentir la piel de la rubia... ¿Sería posible decirle lo que quería hacer? Confiaba en ella pero algunas tácticas de la azabache eran muy clandestinas. La mirada de la doctora se posa en la ajena dedicándole una sonrisa suave, sonreía más tranquila por instantes.

— No me quejaría de una cerveza pero se que no debo, me gusta que estés atenta a esos detalles cariño

Elevó aquel dorso dejando un beso a este, cómo siempre, no quitaba la vista de aquella hermosa y sublime mujer.

— ¿Cómo te fue en el trabajo hoy?

Su pulgar apretó el dorso dejando caricias como masajes a la piel de su rubia.
Vexanna · F
Los años conociendo a Devana le habían enseñado a leer sus estados de ánimo. No fue sorpresa para la rubia verla estresada, cansada, dispersa.

Vexanna asiente y le señala un vaso de jugo de naranja sobre la mesa.

— He pedido tacos. Los suficientes para ambas, porque imagino que estas hambrienta...Y no puedes beber alcohol a esta hora, pero el jugo está rico.

Antes de dejarla mover, extendió su mano sobre la mesa hasta la suya. Con delicadas caricias le da cariño, sonriendo.

— Me alegra que podamos almorzar juntas. Extrañaba hacerlo, Dev.
DevanaHunter · 26-30, F
"Lo que quieras, te lo debo."

...

Mediodía, todo era normal ese día, los pasos de Devana se escuchaban al llegar a aquella mesa al aire libre que Vexanna había escogido. La Doctora estaba vestida de negro, camisa negra y jean negro con sus botas a juego, se acerco dejando un beso a la cabeza ajena como saludo para sentarse.

— ¿Me esperaste mucho? Supongo ya pediste

Primero comer algo, luego ir a la casa ¿La dormiría dentro del auto? Quizás o para más comodidad, en la propia casa la podría dormir, pero necesitaba implementos ginecológicos para hacer lo que deseaba, estaba pensando muchas cosas en tan pocos segundos. Iría mejor al laboratorio, decidido.
Vexanna · F
Esa mañana, la rubia estaba en el hospital. Le había hecho un favor a una amiga, cubría su puesto a pesar de ya no trabajar ahí.

Pero Vexanna prefería estar con la mente ocupada en sus labores de enfermera, a deambular sola por la casa ya que su esposa no estaba disponible para ella, en ningún sentido.

Aquel mensaje sin embargo, le iluminó la mirada. Se alegró, tanto que miraba la hora esperando con ansias el momento de su salida, así podría almorzar con su amada, por fin.

《 Claro, ¿Tienes ganas de comida mexicana? 》

Add a comment...
 
Send Comment