—Ed, Edward. Me gusta más tu nombre completo, te llamaré de esa forma si me lo permites. Qué amable eres, aunque es extraño que yo esté fuera de casa así que probablemente no existan encuentros diarios. Digamos que salí sin permiso... Y si mi ausencia es notoria no saldrá nada bueno.

—Es diminutivo de "Edward". En cuanto a lo otro, puedo preguntarle todos los días que tal se encuentra, señorita Vera. Es un lindo nombre, y el placer es todo mio.

—Ed... Nunca había oído un nombre similar. No tiene que disculparse, aprecio de cualquier modo su interés; no es usual que me cuestionen si estoy bien. Soy Vera, por cierto, Vera Farina, es un placer conocerlo.

—Lo lamento, me dicen Ed, un gusto señorita...

—¿Hm? Oh, mis pensamientos nunca están dispersos, sólo encerrados. ¿Quién eres?

—¿Se encuentra bien? No puedo evitar ver esa cara con pensamientos dispersos.