Atenta escuchando el timbre de voz de aquella rubia se deleitaba al inclinar su cabeza para escucharla más de cerca, con una sonrisa ladina asiente en concordancia con ella.

— No lo sé cariño, puedo averiguar... Si se deja es porque tiene que ser tuyo y si no, no pasa nada, al menos tuviste el regalo de verlo

Sin más, Zora fue sigilosa hacia el caballo que aún pastaba, dejo que Vanya viera el espectáculo. La platinada se fue por el lado trasero apareciendo por el costado del árbol, al otro lado del caballo, estaba recostada del tronco, saludo con los dedos a la rubia para bromear un poco desde la distancia. Zareth miraba al caballo el cual este la ignoraba, la albina se inclino para arrancar más grama y tenerla en su mano, así la ofreció al animal el cual le miro y acercó su trompa a la palma de la mujer bestia. Zora abrió la boca sorprendida con una de sus cejas arqueadas coqueta, miro a Vanya en afirmación de lo ocurrido, podían acercarse al caballo.

Encontraba a ese animal, majestuoso y cautivador. A Vanya le agradaban las criaturas tranquilas, nada escandalosas. Por eso estaba con una sonrisa en los labios admirando junto a Zareth. También le habló en un susurro a su oído.

— ¿Crees que haya escapado de su hogar, o es libre y salvaje? No puedo arriesgar mi cuerpo y montarlo, si existe el riesgo de que me rechace por su naturaleza...

Eso era, decirle esa noticia cambio el semblante de esa rubia, Zora poso su brazo para que lo tomara y así escoltarla al bosque.

...

El corcel estaba comiendo pasto, relinchaba y comía, solitario pero tranquilo. La platinada escondida con la rubia tras unos arbustos le admiraban, Zora inclinó su rostro para susurrarle a la rubia.

— Te lo dije ~

— ¿Un caballo perdido?

Porque decir "abandonado" no le gustaba. Pudo sonreír, repentinamente no se oía hostil, más bien estaba muy interesada en el corcel.

— Qué maravillosa noticia. Deseo verlo...

Vuelve a su posición inicial sin separarse de ella, eleva una ceja sonriendo ladina.

— Encontré un caballo abandonado por el sendero del bosque... Blanco ¿Sabes que significa? Que puedes montarlo

Cerró sus ojos, inhalando despacio y para cuando exhala, tenía una pequeña sonrisa en la curvatura de sus labios.

— Quiero escucharte, si lo que tienes para decir me traerá una buena sensación. De lo contrario, cierra tu boca porque quiero hacerte daño.

Zora se acercó acorralando a la rubia, coloco sus manos a los lados de la figura ajena inclinandose un poco a la más baja.

— Amo cuando te pones molesta... ~

Su mirada se desliza entre los labios y orbes de la mujer.

— ¿Segura que no quieres...

Se acercó al oído ajeno para susurrar.

— escucharme?

Algo que me hará enfadar. Como ya es costumbre...

No te adelantes... ¿Que piensas que pienso?

¿Qué sucede? No, mejor no quiero oírlo.