-inclino la cabeza observando a su alrededor su ignorancia en las labores de valentino son extremas por lo que le pareció el lugar como otro de los tantos extraños lugares del infierno. Su sonrisa se amplio mostrando la seguridad del demonio -
Tu angelito lo puedo tener gratis en el Hotel, de hecho lo tengo todos los malditos días... Es un caso perdido y así espera la redención.
-su mirada quedo en las indecentes prendas de los demonios en el lugar, casos perdidos completamente perdidos para su gusto -
— ¿Una de mis “cosas”? Dio una calada al cigarro; las demonezas se miraron entre sí y luego elevaron la vista a Valentino. Este, por su parte, alargó la sonrisa en su rostro. Alastor no representaba amenaza para Valentino, no en su territorio; el estudio. Ahí su palabra predominaba.
— Me sorprende lo aventurado que eres, Alastor. No me he inmiscuido en tus asuntos así que, ¿por qué no haces lo mismo conmigo? Es más... Las risillas de las mujeres acomodadas en sus brazos se disolvieron con la música del estudio. Valentino se inclina hacia adelante, echándole humo a Alastor en la cara. Aprovechemos tu visita. Puedo recomendarte a mi querido Angel Cakes. La pasarán bien. ~
