Cuando aparecí, era muy débil. Mi exterior, mi cuerpo, mis huesos...todo era muy débil.
Caí en un sueño cobijado por los centenares de pequeños insectos que admiraban mi rareza como fae. Me llamaron "Rey" a pesar de no serlo, y proveyeron para mi hasta que pude ponerme de pie.
Ésa es mi historia, Chaldea.