El encanto iba y venía siempre en su mirada, pero su sonrisa era constante. Asintió a la joven ante el hecho de saber que estaba bien, y claro, ella no podía evitar seguir comiendo, pero ahora lo hacía sin culpa.
—Eres en verdad muy amable. Si no es molestia, me gustaría saber el nombre de alguien tan amable como tú.
—¡Que bueno que si te gustaran!— Sus amatistas destellaron con felicidad empresa en ellos, al principio dio muchas vueltas para ver que le podía regalar como presente pero era agradable saber que dio en el clavo. —Oh no te preocupes por mi,eran para ti así que adelante.— Hizo un pequeño gesto nervioso con sus manos, pero al final con una sonrisa plasmada en su fas saco un pequeño caramelo para mostrar que estaba bien, tenia algo que comer.
—¿Huh? La sorpresa cubrió su mirada, alegre se mostró al escuchar que era la chica que le había dado tan grato presente. —¡Si! Me gustaron mucho, aun tengo poquitos ¿Quieres?— ofreció así parte del regalo que le habían brindado, en una muestra de cordialidad.
