[...] Altair sacudió la cabeza, dejando que la nostalgia se desvaneciera.— Pero no hay motivo de preocupación, mi vida. Los Satella somos fuertes, y ningún reino ni antiguo amigo débil logrará alterar nuestra honor y nuestra paz.

Con estas palabras, Altair envolvió a Mirach con sus brazos, transmitiendo seguridad y confianza. A pesar de la gravedad del tema, su amor y su fe en su familia eran más fuertes que cualquier amenaza externa. Su risa burlona y su tono juguetón eran una clara demostración de que no dejaría que nadie pisoteara su apellido o su familia. No importaba quién fuera el enemigo; Altair estaba seguro de su fuerza y de su amor por Mirach, y eso era lo que realmente importaba.

—La risa de Altair surgió de forma natural al escuchar a Mirach, resonando en la sala con un tono jovial y burlón.— ¡Ah, mi amor, pero eso nunca sucederá! —Dijo con un destello pícaro en sus ojos, mientras se acercaba a su pareja.— Pisotear el apellido Satella es como tratar de someter a una tormenta o domar una estrella. —Sus palabras llevaban un tono juguetón y desafiante, que contrastaba con el grave tema que estaban discutiendo.

Continuó, ahora con un tono un poco más reflexivo, recordando algo de su pasado.— Sabes, cuando era un niño, tenía un amigo del Reino de Agua. Jugábamos juntos y compartíamos sueños y risas. Pero, a medida que crecimos, nuestras vidas tomaron rumbos distintos. Lo vi debilitarse, perder su brío y su valentía. Tal vez ahora, al verme fuerte, quiere molestar y provocarme. [...]

—¿El reino del agua?— Poco o nada había oído hablar de ese sitio, pero enseguida frunció el ceño ante la mención de que eran una amenaza, aunque no conocía todavía a la familia de Altair con saber que eran importantes para él era suficiente para que se sintiese ofendido por tal osadía —Que estupidez...—

—Soltó un suspiro, el cual fue interrumpido ante la presencia de su amado.— ¡Mi vida! —Sonrió— ...No, creo que no. —Aunque sí pasaba. —...La verdad es que sí. ¿Sabes que el Reino de Agua quiere pisotear a los Satella? Al vernos débiles, creen que pueden pisotearnos. —Inclusive para Altair, quién era animado, las peleas entre grandes familias era un tema complicado.

—Cariño ¿Sucede algo?