« Back to Album · Next »
—Bamboleándose por la habitación, su visión aún borrosa por la medicación, Altair agarra a Mirach por la muñeca y, con una risa traviesa, lo arrastra hacia la cama—. ¿Y si hacemos algo... divertido, eh? —Se coloca encima de Mirach, sus ojos brillando con picardía, aun si están levemente opacos debido a los remedios.
 
Newest First | Oldest First
User1583788 · 26-30, M
(+)... capturando los labios de Mirach en un beso feroz y demandante, su lengua luchando por dominar la danza mientras sus cuerpos seguían con su ritmo salvaje. La necesidad de sentirse más cerca, más profundo dentro de él, lo llevaba a embestir con una fuerza descomunal, arrancando gritos y súplicas de ambos.

Los ojos azules de Altair estaban oscurecidos por la pasión, mirando a Mirach con una mezcla de posesión y devoción. La intensidad de su deseo era palpable en cada golpe, cada caricia, cada mordida. Era un hombre en la cima de su lujuria, rendido ante el poderoso hechizo que Mirach había tejido sobre él.
User1583788 · 26-30, M
El éxtasis se apoderó de Altair con una fuerza brutal. Los sonidos lascivos de Mirach, sus súplicas entrecortadas, solo avivaban el fuego que ardía en lo más profundo de su ser. Su pecho subía y bajaba con fuerza, cada respiración denotando cuánto lo deseaba. El sudor cubría sus cuerpos, brillando con cada embestida, haciendo que sus pieles se deslizaran una contra la otra con una fricción ardiente.

Las caderas de Altair se movían con una violencia incontenible, cada estocada hundiéndose en Mirach con un hambre feroz, intentando llegar a lugares donde nadie más lo había tocado. Las manos de Altair eran voraces, marcando el blanco y suave terreno de las caderas de Mirach, dejando tras de sí una estela de rojo pasión. El sonido de sus cuerpos chocando se mezclaba con sus jadeos y gemidos, creando una sinfonía erótica que resonaba en la habitación.

—¡Mirach! ¡Joder...! ¡Siento que voy a perder la cordura!— rugió Altair, sus palabras bañadas en lujuria y desesperación. Se inclinó, (+
SW-User
—¡A-ahhh! ¡Altair!— No podía evitar seguir gimiendo sin reparo alguno, su voz entrecortada y algo ronca llenaba la habitación junto con el sonido de sus cuerpos encontrándose y la madera de la cama rechinando bajo ellos, eventualmente Mirach terminó recostado de espaldas en la cama, con el rubio acribillando su interior sin piedad, llegaba tan profundo que lo estaba volviendo loco.

—Mngh... ¡Haaah! M-me estoy volviendo loco...— Confesó entre jadeos, podía sentir como le llenaba por completo y su paredes internas se habían acoplado a la perfección a la forma y grosor del miembro de su pareja, cada embestida lo acercaba más al delicioso éxtasis final.

—¡Altair ¡Altair!— Clamó su nombre, se aferró a la cama con sus manos estrujando las cobijas y temblando notoriamente.
User1583788 · 26-30, M
El gemido que escapó de Mirach al ser embestido resonó en los oídos de Altair, avivando aún más su pasión. El ajuste de su amante, esa resistencia inicial que gradualmente se convirtió en una entrega total, lo llevó al borde del delirio. Las suplicantes palabras de Mirach no hicieron más que empujarlo a profundizar cada embestida.

—¡Mirach!— El nombre salió en un rugido de pura lujuria. Con un movimiento feroz, levantó una de las piernas de Mirach sobre su hombro para conseguir un ángulo aún más profundo, y sin vacilar, aumentó el ritmo de sus estocadas, golpeando el punto más sensible de su amante una y otra vez.

El sonido de sus caderas chocando, junto con los gemidos y jadeos, llenó la habitación. Altair estaba perdido en el éxtasis, y cada vez que sentía la necesidad de Mirach, se volvía más salvaje, más desenfrenado.

—No... no te detendré, amor—prometió con voz ronca, aferrándose a Mirach como si su vida dependiera de ello. Cada embestida era un testimonio de su amor.
SW-User
Ciertamente no tenía previsto ser embestido de esa manera, de repente todo su intenrior se expandió abruptamente, recibiendo de lleno el miembro de Altair, sus paredes internas se apretaron a su alrededor, oponiendo cierta resistencia, dolía y era placentero al mismo tiempo, la fuerza con la que entró le dejó temblando —¡A-ahh!... Mngh... A-Altair...— Gimió temblorosamente.

Pero no tuvo tiempo suficiente de acostumbrarse, los movimientos de su amado rubio iniciaron de nuevo sin previo aviso con el mismo ímpetu que la estocada inicial —¡Ahh! ¡Altair! D-des... Ngh...— Ni siquiera podía hablar, sus gemidos cortaban toda palabra que pudiera querer pronunciar, su cabeza quedaba en blanco por la cantidad de sensaciones que estaba percibiendo, poco a poco se fue acostumbrando y el placer fue lo que imperó por sobre todo.

—¡Haah! Dioses... M-más, amor, dame más—Suplicó, ebrio de puro extasis, moviendo también su cadera al ritmo que marcaba su amante, gimiendo lascivo y tembloroso.
User1583788 · 26-30, M
La vista y los sonidos de Mirach preparándose para recibirlo hicieron que el deseo de Altair alcanzara alturas vertiginosas. Las palabras entrecortadas de su amado, la admisión de lo abrumador que era para él, solo alimentaron el fuego ardiente que consumía a Altair.

Sin más preámbulos, y tomando en cuenta las provocaciones y suplicantes palabras de Mirach, Altair arremetió con fuerza, enterrándose en la cabidad anal de su amado en un solo y fuerte empuje. El gemido que escapó de sus labios fue profundo y ronco, lleno de un placer crudo.

—Mira... Mirach...— jadeó, sintiendo el estrecho ajuste que lo envolvía. —Me vuelves loco... completamente loco...— No había delicadeza en sus movimientos; embestía a Mirach con una necesidad bruta y voraz, como si tratara de fusionarse con él.

Cada estocada era más intensa que la anterior, y sus manos se aferraban con fuerza a las caderas de Mirach, guiando sus embestidas. La habitación estaba llena de gemidos, jadeos y el sonido de sus cuerp
SW-User
Continuó estimulando el miembro contrario con su mano derecha mientras que con la libre se preparaba a si mismo para recibirlo usando sus dedos, gemidos cortos y escapaban de sus labios entreabiertos, no se molestaba en contenerlos, después de todo estaban solo ellos dos, en su hogar y su intimidad.

—Ngh... A-aah... Altair...— Gimió antes de asentir con la cabeza ante su petición, esa que sonaba como a una sensual súplica y a la que no se pudo resistir.

No estaba del todo listo, pero no le importaba, su cuerpo era lo bastante resistente gracias a la mitad demoniaca de su naturaleza. Tragó grueso y se acomodó bien sobre la hombría del rubio, llevándola entre sus nalgas hasta su dilatada entrada, poco a poco comenzó a introducir la punta del mismo —A-ahh...— Gimió y todo su ser tembló notoriamente, lentamente fue bajando sus caderas para que el duro falo de Altair lo penetrara —Nghh... D-diablos... E-es grande...—
User1583788 · 26-30, M
Los movimientos de Mirach y la repentina liberación de su hombría intensificaron la respuesta de Altair. Un gemido prolongado y profundo escapó de sus labios al sentir el contacto directo y el masaje que Mirach le proporcionaba. Su cuerpo arqueaba en respuesta, buscando más del tacto ardiente que su amado le ofrecía.

—Mira... Mirach...— tartamudeó, con la mente nublada de placer y pasión. —Tú... tu toque... es tan intenso...— Su respiración era errática, y sus manos acariciaban el cuerpo de Mirach, viajando por su espalda y aferrándose a sus caderas.

El calor entre ellos era abrumador, y Altair se sintió atrapado en una marea de sensaciones y deseos. La impaciencia de Mirach, reflejada en sus palabras y acciones, solo sirvió para hacer que Altair se sintiera aún más ansioso.

—No... no hagas esperar más... No puedo...— sus palabras eran un murmullo suplicante, lleno de deseo. —Necesito sentirte, ahora...—
SW-User
—Te dije que te iba a cuidar, cariño y no dejar que hagas esfuerzos excesivos es parte de eso— Anunció con una sonrisa un tanto orgullosa, le gustaba como se veían las cosas, como se sentía su cuerpo mientras se frotaba sensualmente contra él, pero quería más, el calor era tal que ahí donde las manos ajenas tocaban quemaba.

Se detuvo solo un momento para bajar las ropas inferiores del rubio y liberar su hombría, su rostro se pintó por completo de rojo, más no necesariamente por vergüenza, en gran parte era la excitación, también se encargó de sus vestimentas y ya sin nada estorbando pudo continuar restregando su cuerpo desnudo contra el de Altar —Ngh... Altair... También te necesito demasiado...—

Su mano derecha sujetó el falo contrario y comenzó a masajearlo de manera directa, con un ritmo lento y constante —Estoy tan impaciente...— Anunció.
User1583788 · 26-30, M
Cuando Mirach tomó control, apresándolo debajo de su cuerpo, Altair no pudo contener las sensaciones que lo embargaban. Los movimientos provocativos y decididos de Mirach hicieron que jadeos y gemidos escaparan de los labios de Altair, sintiendo una mezcla de sorpresa y deleite.

—Parece que... ah... alguien está tomando la iniciativa— dijo Altair entre jadeos, las palabras interrumpidas por el placer que sentía con cada restregón. Sus manos se deslizaron hacia la espalda de Mirach, aferrándolo más cerca, queriendo sentir aún más de esa conexión intensa.

—Mirach...— gimoteó, mirando a los ojos del otro con un deseo claro y ardiente. —No sabía... cuánto necesitaba esto... de ti.— Cada movimiento, cada sensación, lo acercaba más y más al límite, perdido en el ritmo y la pasión del momento.

Add a comment...
 
Send Comment