—Saphire...— murmuró Altair al acercarse a la joven, cuyos cabellos brillaban con un resplandor semejante al de un diamante bajo la luz de las estrellas. Se agachó un poco, para quedar a su altura. —Aunque no compartamos la misma esencia, siento un lazo profundo contigo. Mi pequeña joya humana, siempre resplandeciente, siempre fuerte. Mi hermanita adoptiva. Es una bendición tener una familia tan única y preciosa como tú a mi lado.—
La joven levantó la mirada, sus ojos brillando con el mismo brillo de su cabello. Una sonrisa delicada y tierna se formó en sus labios.
saphire parpadeó un par de veces, sus mejillas se tiñeron de un rosado suave. mirando a altair con ojitos brillantes, ella sonrió con timidez, agarrando el borde de su vestido con sus pequeñas manos.
—altair-kun...— su voz era tan suave como el aleteo de una mariposa. —gracias por ser siempre tan dulce conmigo...— ella bajó la cabeza, escondiendo un poco su rostro tras sus cabellos resplandecientes. —a veces... siento mieditos en mi corazón, pero tú siempre estás ahí para alejarlos y hacerme sentir segura. te quiero mucho, onii-chan.—
