— Dice que acepta.

— Sí, dile que la invito a cenar.

Su primera reacción al sentir la lengua sobre su lóbulo, fue apartarse pero no porque quisiera sino se trató de algo instintivo. — Lo siento, lo siento, doy cosquilluda. — Regresó a él pero ahora era ella quien lo abrazaba de frente. — Le diré si me compras comida. (??)

Agachó levemente la cabeza para alcanzar una de sus orejas, dió una suave lamida en el lóbulo. — Guardaré el secreto, dile que a mí también.

— Inténtalo, seguro que si das con el nombre pero no le digas que te dije. — Su sonrisa era de oreja a oreja, ahora más al disfrutar de ese abrazo por la espalda.

— Mierda, es tan difícil adivinar... — la aferra por la cintura, apegándose por la espalda femenina.

— Empieza con A y termina con ysél.

— Seré una tumba.

— ¿Pero no le dices a nadie?

— ¿A quién?