— ¿Algo más interesante? ¿Eres un ladrón de tumbas?

En soledad jamás habría hecho algo como lo que él decía, le parecía horrible estar frente a un cadáver bien podrido o lleno de gusanos, la idea le hacía querer vomitar.

— Uhm veamos... Está bien.

Las nubes ni se asomaban a cubrir la luna, parecía una treta conveniente para que la iluminación se prestara. Su pequeña videocámara estaba guardada en ese bolso que llevaba cruzado, los ojos le centelleaban.

— Digamos que pretendía capturar algo más interesante que solo presencias. — Con genuina curiosidad adelanta el paso y a unos cuantos metros queda cerca de la muchacha. La evalúa con la mirada, entre cerrando ambos párpados cuando la cámara llamo su atención.— ¡Ya se! Podemos excavar algunas tumbas juntos, tú podrías encontrar algo que altere tu corazón y yo... — No completa su frase, se limita a sonreír de lado a lado.

Pareciera amigable bajo los rayos de luna que acompañan su inspección nocturna, uno más. Pero todo es una realidad torcida. — ¿Qué opinas?.

— Pues porque a nadie le puedo pedir opinión ahorita, pero tú estás aquí... — bajó la videocamara que llevaba para grabar entre las tumbas. La luna estaba rodeada aquella noche por un círculo plateado, la mejor señal de actividad de lo más inusual en los lugares santos.

Ladeó la cabeza, el "cosplay" consistía en la ropa de colegio de Tomie, y ese pequeño lunarcito que se había pintado cerca del ojo, lo demás era parecido natural.

— ¿Qué te trae aquí, eh? ¿También intentas captar presencias?

— ¿Por que me lo preguntas a mí?.Nee, nee.~ Estoy cien por ciento seguro de que has visto lo que suscita. ¿Amas a los muertos como yo?. — Tauntea, nunca sabe que tan morbosa puede ser la cabeza de otro ser vivo. Ni el porque se encuentra entre lápidas a esas horas de la madrugada.

Por su parte. ¿Qué decir?. Es un amante de lo prohibido. De lo corrupto. Su única devoción es consumir y recolectar pequeñas almas sucias para sus propios deseos y nunca esperaba visita alguna ni siquiera de los veladores.