Sus senos que tomo entre ambas manos y presionó levantando los pezones, a los lados, juntarlos y después soltarlos. En medio de sus senos y los costados en las costillas , estómago y vientre hasta repetir lo principal en su otro brazo. Sostuvo su mano y llevo sus dedos a su boca abierta donde le mordió, succionó y lamió. En forma de travesura llevo esos dedos impropios y juntos dieron un fuerte apretón al miembro detallando el largo de este.

La soltó, para dejarla usar su imaginación mientras él se concentra en pasear sus manos por todo el torso, a momentos viajando al vientre cerca de su intimidad donde solo raspaba los dedos.

Al par de unos segundos más, retiro su dedo y se inclino, su rostro quedó cerca de su oído donde mordió la punta de su oreja.— Volteate.— Sugirió, esperando que hiciera caso se separó; ambas manos a los costados de su playera y un tirón arrebatan la molesta prenda, no sucedió lo mismo con sus pantalones pero no necesitaba un buen ojo para darse cuenta de lo excitado que estaba.

Tenerla de frente era otro bonus. Cogió la botella y regó parte del aceite, en medio de sus senos, en su estómago y sus piernas. — Dame una de sus manos. — Estiró ambas, cuando la sostuvo aplicó presión en el centro, entre sus dedos, la muñeca y el dorso; cuidaba muy bien de sus pertenencias sin importar de que se tratara. Continuó por todo el brazo, codo y hombro hasta ir por el cuello a los lados cercanos a la espina dorsal y en la conexión a su nuca. Claro que su juego tenía fines sexuales, pero estaba comprometido a relajar su existencia antes de pasar a los acostumbrados actos de dominación. El cuello y

Debía dejarle algo a cambio al fin y al cabo siempre se había esmerado en cumplir todas y cada una de sus peticiones. Desde el día en que la saco de la subasta negra se entregó a él sin replicar absolutamente nada. Una esclava, pensó; que era algo demasiado desvergonzado pero la compañía física, mental y compatibilidad sexual estaban a otro nivel.

Su dedo quedó atrapado entre el jugueteo previo, el aceite hacia de las suyas y con mayor razón aumentaba su propia excitación. La miraba de soslayo y continuaba perpetrando. El dedo medio iba profundo, el anular e indice agazapados palpando los labios rosados en cada movimiento. Las paredes presionando con exactitud al entrar y liberando al salir; esa complicidad entre ambos era una melodía.— Te lo dije, un masaje completo incluye... — Y no lo menciona solo acelera los movimientos de sus dedos, el aceite de incorporaba entre la unión que el sonido chicloso no tardó en aparecer. Que bella canción eran los dos.

Y ahora era ella la que contribuía con un sutil masaje desde su interior al contraer se y soltar suavemente el atrevido falange de su amo. Justo como lo había practicado con los ejercicios de de Kegel.

Además de ser sensible a su tacto y las propiedades del aceite especial en verdad había desbloqueado un punto sensible en la planta de sus pies. Incluso los zarandeo un poquito.
— Me gusta~— suspiro tan relajada acariciando casi un gemido con su garganta, aun que sabía que tenía que retenerlos, viro su rostro, acallandosus labios al sellarlos contra su propio hombro asomando la mirada sobre este , tenía curiosidad de mirar como la tocaba en aquella zona sensible, cada segundo empeoraba más. Seguro la descubriría, la loción estaba haciendo los efectos esperados, esta era la primera vez que lo usaba en su propio cuerpo.

—¿Hya?! Ah.h... un masaje completo uh...no puedo negarme.— claro que no menos con lo bien que se sentía que sus dedos esparcieran el afrodisíaco provocando que cada vez aumentara más la temperatura en ellas, incluso su respiración comenzaba a ser irregular, suave pero irregular.— A-amo mmh? ¿Que me haces? Eso se siente bastante bien....así~

Definitivamente no se había equivocado con su amo, esas manos, la presión exacta y su temperatura Hmm~ ¿podría haber algo mejor? No lo creía. Estar bajo su control, dominio y cuidado le resultaba totalmente placentero,inevitablemente la tensión desaparecía, sus músculos se relajaran con la presión de sus firmes manos, la ruta que trazaban era bastante excitante, cuando paso por sus antebrazos imagino cómo tiraba de estos hacia atrás cuando la sometía soltando una ligera sonrisa manteniendo sus ojos cerrados.

—Hmmmm~ se siente bastante bien, no merezco tantas atenciones de mi amo.se escuchaba tan insufrible, incluso soltaba suspiros de total placer —Ah~ es la primera vez que conozco tus manos de esta manera.—Ahora era mucho más suave que lo acostumbrado y le encantaba; con esos movimientos circulares levanto un poco más sus caderas ofreciendo la redondez de sus glúteos a sus palmas. —Jajaja ah hacen cosquillas ahí.— ...

Se detuvo entre las pantorrillas para subir y bajar ambas manos, hasta los tobillos y las palmas de ambos pies que dejaba círculos con los dedos en la plata. Y volvía a subir, hasta los muslos por dentro donde paseaba sus dedos y finalmente en su trasero, tomándolos con suavidad separa esa carne y expone esa delicada intimidad misma que acaricia.— También voy a masajear por aquí.— Sugestivo, coloca la botella y deja caer ese líquido entre la unión de sus dedos con la intimidad rosada. Entre abre sus labios y masajea por los lados, los separa de nuevo e invade su interior con el dedo medio.

— Solo relájate. — No es no supiera como hacerlo o que puntos tocar. Dejo que el aceite escurriera hasta los bordes de sus senos o entre las costillas, cintura o caderas rumbo al vientre. Con ambas palmas abiertas paseo por los omóplatos, se deslizó entr los hombros y brazos tomando otro poco de líquido para bañar sus dedos y deslizarse entre el codo hasta la muñeca.

Se devolvió a la espalda y bajo en la curva de las caderas concentrado en relajar los músculos pues en verdad estaba dando lo mejor de ella. Sin embargo, no solo era un masaje. Era un repaso sensual de esa figura a la cual no puede describir ¿Le gustaba? Lo supone. Cuando llegó a las curvas en sus glúteos aplicó fuerza y los estrujó suavemente, los movió en círculos y después bajo hasta los muslos donde nuevamente sus dedos continúan el marcado recorrido.

—Ah, confió en ti y en tus manos amo~—colocó una toalla sobre la cama y una almohada para recostar su pelvis sobre esta, ayudaba a levantar sus caderas y formarse esa sensual colina que iniciaba en sus glúteos hasta su cintura.—Hmm...¿Hya? Cuidado...— la sensación aceitosa escurriendo por su intimidad la inquietó un poco, despertaba su deseo incontrolable de ser una vez más de Isaac.

—Me hace cosquillas.— su voz demostraba cuanto lo disfrutaba y su mirada la delataba al asomarse sobre su hombro para mirarlo.

Era fácil de complacer o esa era su entrada creencia, no sabía en lo que de estaba metiendo pero era demasiado tarde para echarse atrás. Tomó la botella de cristal, después la miro haciendo una seña con sus manos ‹ Acuéstate › mientras abría la boquilla del envase. — Primero la espalda. — No se percata al inicio del potente afrodisíaco que se oculta en las microesferas o de que está echo todo el contenido. Recostada, rego parte del contenido sobre la espalda, otro entre sus muslos y uno directamente entre las carnes privadas que ocultan su intimidad cabía resaltar que siempre y con él, estaba obligada a andar desnuda y en raras ocasiones vestida.