— Su semblante serio es inquebrantable, incluso ante esa sonrisa que intenta disuadirla a ser amigable. Ni con tales palabras logra inmutarse o fingir sorpresa. Ella se queda en su sitio, solo bebe un poco más de su trago y cambia la expresión al oírlo. Duda, pero finalmente cede en una breve presentación, tan sólo eso.—
Rebecca.
— Extendió su mano y finalizó en un fuerte apretón. Sonrió después, aunque apenas delineando sus labios húmedos.—
Sonrie, muy parecido a un gato de Chesire excepto que los dientes se mantienen guardados y sus ojos tienden a afilar, a enfocar mejor la forma en que esa bestia se pasea por su cueva. - No hay una sola puerta que no pueda abrirse con el incentivo idoneo. Pero no te preocupes, utiluzar la fuerza no es uno de mis... metodos preferidos. - Da un paso enfrente.
- Caubac, puedes llamarme Caubac. - Los modales son los siguientes, hacen acto de presencia ofreciendole a la loba una mano cortes, un apreton de manos enguantado con cuero.
- Si estoy aqui es porque mi olfato me hizo encontrarte. - Lo dice de manera metaforica... verdad? - He de reconocer que soy un experimentado cazador... de talentos. - Las malditas pausas, algun dia lo van a matar.
— Directa, no por menos fría en su unica respuesta. Estuvo tensa, aunque siempre a la defensiva por las visitas de actores indecorosos. Enarcó una ceja sin quitarle los ojos de encima y se dirigió hasta un pequeño congelador para buscar una energética.—
La puerta jamás estaría abierta, estas en un sitio privado, o acaso.. Mmm..
— Meditó un segundo, quizá podría tratarse de algún accionista, sin embargo eso no otorgaba beneficios cuando se trataba de ella. Destapó la bebida y trago un largo sorbo muy sedienta.—
- Esa es una pregunta interesante, y la respuesta... subjetiva, no por eso menos intrigante. - Responde lo primero. Mirar su coreografia lo tuvo algunos segundos ocupado, pensando en diferentes escenarios sobre hacia donde podria llevarlo una y otra replica.
- La puerta estaba abierta, y la puerta antes que esa tambien. No debia pasar? Eso habria sido un crimen... tu fluir le pertenece a un publico, merece un publico! - Sube el volumen de su voz subito, por un par de silabas sin perder el humor colerico de Rebecca. Suspira.
- Como te lo puedo agradecer? - Muestra sus dos manos abiertas, palmas arriba, vacias, una postura adecuada para negociar sin nada bajo la mesa. Pero negociar que?
— Su concentración podría ser irrompible en ese instante de no ser por la visita inesperada a su salón de baile privado.—
¿Quién te dejó pasar?
—Preguntó desconcertada hacia el desconocido luego de haber perdido el enfoque en aquel punto. Decidió terminar la rutina enseguida tras un ágil movimiento de piernas abiertas y un lento giro en medio del soporte que le haría poder elevar su torso hasta retomar su postura erguida y ponerse de pie con rapidez.—
Eres todo un maestro en corromper los demonios de otros. —Resopló volviéndose hacia él con una mirada hostil.—
"Clap clap clap" Aplausos desde la oscuridad, de esa a la que la gente le huye, y no porque quedarse sola en ella... al contrario, por sentirse acompañados. - Es bellisimo! - Abandonado a su suerte, un halago rompe el hielo. Un acto en si dificil, cuando la musica invade el piso y la cabeza de la mujer esta en todo menos la expectativa de tener compañia.
