La filosa lanza logra atravesar el cuerpo de una parte de las huestes demoniacas, asegurándose que esta pasara de lado a lado y finalmente alzando el cuerpo de 3 demonios empalados. La imagen fue dramática, pero la satisfacción en la Demonio de Sangre fue lleno de dicha, arrogancia y victoria. — ¡Jajajaja! ¡Mueran, bastardos, mueran! — el sentimiento de superioridad no tarda en esparcirse hasta por los poros de Power. Entre tanto, y claro, deshaciéndose de los cuerpos empalados de la lanza —una vez que desliza el torso de estos—, Power echa un vistazo hacia Denji.

No era preocupación, pero era la necesidad de no dejar que la horda demoniaca termine por enterrarlo vivo. Se encarga de empalar la cabeza de otra alimaña más, también dando uno que otro codazo al muy estilo de bar de mala muerte. No quería que muera, al menos no quería morirse de vergüenza si el tonto es asesinado. (?)

— ¡Ayúdame entonces! ... Bastarda. — Susurra eso último antes de hacer un pequeño puchero. A pesar de encontrarse en medio de una horda de demonios, Denji ni siquiera sudaba al tener ya un buen control de la motosierra.

Así, fue cortando los demonios a su paso uno a uno, en espera de que Power estuviera lista para echarle una mano. Al final era trabajo por el cual a ambos les pagaban. ¡Y no dejaría que ella se fuera sin sudar la gota gorda!

Rió para si mismo, tener control sobre Power se sentía realmente bien... Aunque no fuera control sexualmente hablando. {?}

— ¡NO! ¡No metas a Nyako en esto! ... Bastardo — susurra y refunfuña. El panorama pintaba como un día cotidiano en la caza de demonios, y claro, creyendo siempre en la incompetencia de Denji como si de algo natural.

Power tenía siempre en mente de qué lado deseaba pelear, y ese siempre tendría que ser el ganador. A sabiendas de lo que él estaba intentando controlar, Power no tuvo más remedio que socorrerlo. La velocidad con la que se acerca a Denji fue sagaz, pero requería tiempo para hacer el uso de su sangre, materializar un arma, lo que sea.

Mientras que sus manos asemejan el movimiento y la pose de tomar algo, su propia sangre brota y en hilos materializa prontamente una lanza, la cual utiliza para clavarla en la espalda del cúmulo de demonios que intentan suprimir al rubio.

— ¡Si no me ayudaes le diré a Aki que ya no compre comida para Nyanko! —

— Está claro que no puedes solo ¡Que necesitas a Power! Pero prefiero quedarme aquí y ver como te devoran.

— ¡Callate y ayudame con los demonios! —

— Tú y tu cara de estúpido.