Había un lugar muy peculiar donde había hecho reservación para ir a cenar
A petición de los comensales se acordaban citas para cenar en compañía de cualquier desconocido, con el fin de tener la oportunidad para entablar una nueva amistad o incluso relación. A Treia le parecía interesante y siempre quiso intentarlo y el día había llegado.

Acudió feliz a esta "cita", el lugar siempre le había parecido encantado, le pidieron que espera un poco pues su cita ya había llegado y necesitaban colocar una mampara que impidiera verla al llegar, esta se quedaría hasta el final del encuentro. Su acompañante ya había pedido algo y desde ahí ya le había agradado, pues al menos el ambiente había iniciado

-Hola! lamento el retraso. Veo que tu ya empezaste ¿alguna sugerencia para mi?-
Tomar la carta mientras veía la sección de los cocktails.

Luego del trabajo, cruzando por la calle principal, la avenida más concurrida del área. Había pasado días pensando en si hacerlo. Pasó mucho tiempo siendo receloso a eso de conocer gente por redes, y aún así sus compañeros lo habían convencido al menos tomarse una noche para conocer a alguien.
No sabía de qué iba. Mientras la música sonaba dentro del restaurant él tomaba la carta, ya buscando cuál botella sería buena para comenzar.

—Mesero —alzó la mano cuando uno de los camareros le pasó al lado y luego indica con su dedo la carta—, me gustaría esa botella, si es necesario, traiga dos.

Ya habría tiempo para pedir de comer, ¿Pero el beber? Ni hablar, se decía en la mente. Menos de una estresante tarde acompañada de una noche en espera de una completa desconocida.