— Ju. ¿Alguna vez tuviste un sueño hermoso? — Preguntó una vez la compañera amiga del prostíbulo al final de las largas jornadas de febrero.— Si, en uno que moría. — Su amiga soltó una carcajada porque era el sueño de todas. — Moría y despertaba en el paraíso. Tan desolado y tan único.