Recuerdo que ese día fue tan horroroso que solo pronunciar su nombre me causa unos horribles escalofríos. Cuando tenía unos dieciséis años, estaba a cargo de una pareja bastante extraña.¿Por qué? Tenían sexo con largos camisones, comían carne casi cruda y le encantaba que sus hijos sean participe de sus maratones sexuales. ¿Qué hacíamos Analía y yo? Prácticamente éramos el hall de entrenamiento, nos quemaban, golpeaban y todo tipo de humillación hasta que a Ana la escucharon rezar. Si.. Mi dulce Ana rezando en casa de demonios.
