¡Si, si! Iremos por una Fanta. — Ya no sabe cómo se metió en esto de la hermandad, pero su corazón de pollo - por qué si tiene - le hace cometer locuras que no hace con cualquier ser.— ¿Quieres dejarme cojo? Valoro mi pierna, no podría patear bolsas llenas de caca de no tenerla. — Niega con la cabeza, empezando a andar con esa chiquilla bien pegada a él.—

¡Yeeeei! ¿Y me comprarás Fanta? Es obligación de hermano mayor. - Apoya el mentón contra la pierna masculina sonriendo enseñando sus colmillos.- Si no lo haces, me comeré tu pierna.

— Avienta de una patada la bolsa de mierda con forma de conejo.— Uhg. Que peste.

¿Otra vez de mimada Juli? Que haré contigo. — Rasca detrás de su cabeza.— Está bien iremos por más drogas pero es la última vez que te consiento.

Vete, nadie te llamo aquí.

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