Fue a buscar a aquellas personas, mandando a una de las quimeras que controlaba siendo grotescas para el ojo sensible pero este les indicaría el camino hacia aquel Hotel en donde se encontraba lo que tanto estaban buscando.─ Meow!!
Seguía inmóvil en aquella habitación, su cuerpo tenia una temperatura optima por lo menos seguía con vida pero Eden se adueñaba de la habitación creando espinas que salían de su cuerpo hasta transformarse en rosas las cuales con su aroma mantenían alejados a aquellos demonios, aquella escena parecía sacada del cuento de maléfica con el único detalle que la sangre de Viviana se estaba derramando por el lugar endulzando aun mas el ambiente.
La esfinge que la custodiaba yacía sobre de su cuerpo brindándole calor, como también escuchaba los pensamientos melancólicos; pues se culpaba a si misma de ir sola, de tratar de tomar el toro por los cuernos y a la ves su corazón fracturado ¿cuando aprendería? era algo de nunca acabar ¿verdad?
