Hasta el gato ignoro por completo el comentario del gallina, caminando a paso firme por aquel lugar como el dueño del mundo; algo normal. Después de todo son animales que están conectado con el siniestro desde tiempo inimaginables, el aroma gradualmente comenzaba a cambiar conforme se acercaban al hotel con un estilo victoriano dando aires a que el tiempo nunca paso sobre el, Sacha se encontraba esperándolos en la puerta con una sonrisa lobuna.

Tomando al gato en sus brazos para lanzarlo hacia una de las bestias las cuales solo disfrutaron del aperitivo.─ Bien ya están aquí perdón no buscarlo yo mismo pero debo mantener a raya ciertas quimeras de la niña, vengan por aquí y no se separen.─ Solo un idiota lo haría por lo que su punta era para el pelirosa, adentro el hotel se mantenía en gloria y gracia; dejando a los demonios de rango bajo fuera de su alcance pero los de alta alcurnia se paseaban deformados, trastoscados y hasta mutilados por el lugar mirando a los invitados.