En solo unos segundos había perdido de vista a su compañera y se había quedado sola en una pelea uno a uno con lo desconocido.
-¡Carajo! [code]–Comenzó a pensar en la mejor ruta para comenzar a moverse, pero aquella criatura parecía contonearse de manera divertida y sin una pizca de ganas para seguir esperando. Movió la naginata velozmente y comenzó a correr en dirección de la criatura. Por mucho que pensara que huir era la mejor opción, no había garantía de salir de ahí, menos con aquella maldición tan inusualmente rápida, la posibilidad de empeorar las cosas era alta. “No queda de otra”[/code]
-Su respiración estaba agitada después de lo sucedido y se levantó rápidamente sacando su katana colocándose en guardia pero una especie de agujero la arrastro siendo esta la segunda maldición apenas pudo gritarle a su compañera que saliera de aquel sitio y ella se encargaría de la segunda maldición.- ¡Maki! Sal de ahí..Ac..-No pudo terminar su frase pues la maldición la había atraído hacia la zona donde hubo el incendio, mantenía su katana cargada de energía maldita lanzando el primer golpe y se aleja varios pasos intentando buscar la forma de regresar con la peliverde.-
[code]El lugar era simplemente una bóveda de maldiciones miedosas de algo mucho más peligroso. Podía sentir la presión del lugar entre más se adentraba, su mano estaba tan bien enroscada de su Naginata que sus uñas podían sentirse al otro extremo. Las maldiciones menores no representaban un problema para ninguna de las dos. Hasta la aparición de aquella criatura tan poco usual de la que apenas pudo quitarla del camino su compañera. Era completamente diferente a lo esperado. Se puso en guardia automáticamente, aunque el espacio era sumamente reducido y la luz era bastante escasa.[/code]
- ¿Puedes moverte? [code]–Pregunto intentando calmarse un poco y no dejar que la presencia de la criatura la intimidara. Habia dos opciones, era aquella la maldición principal o había un segundo oculto en algún lado.[/code]- Debemos movernos muy rápido a un sitio... si nos acorralan estamos muertas.
Ijichi..Avísale a cualquier hechicero de primera clase que estamos aquí...-Le comento al pelinegro antes de que este colocará el velo dejándolas atrapadas dentro del lugar, comenzó a caminar hacia la zona que parecía llevar a la morgue, pero todo iba increíblemente mal, las maldiciones de grado bajo ni siquiera hacían algún intento de atacarlas, llamo a sus cuervos los cuales fueron en busca de alguna pista para saber de que se trataba todo aquello mientras avanzan un par de maldiciones las atacaron acabando con estas en un par de minutos, la sensación fría y escalofriante le erizan la piel, miro de reojo a Maki y al hacerlo apenas pudo apartarla del camino de la maldición que lejos de parecer una como las habituales esta parecía tener más rasgos humanos que otra cosa.-
Las cosas se complican cuando comenzaban las autopsias, cada paciente aparecía sin rostro. Desde entonces, la cantidad de pacientes disminuyo y el incendio de hace una semana termino por sacar a todas las personas del lugar. Seijun Hasegawa será tu compañera, la misión no debería ser complicada, pero sean precavidas, salgan si ven que las cosas se complican.
[code]Ijichi no parecía del todo convencido de dejarnos solas y a cargo de esta misión, pero no tuvo más remedio que alejarse y poner una pantalla que nos separa.[/code]
-No queda de otra. Vamos a movernos con cuidado Seiju, algo no pinta bien aquí.
[code]Su mal carácter y su personalidad la habían hecho irritarse aún más. Cuando escucho el carraspeo, solo se dio media vuelta para ver a la que parecía seria su compañera. Era una sorpresa, esperaba un rostro conocido, pero encontró a alguien que desconocía por completo.[/code]
- ¿Humm? Al fin llegaron.
[code]Ijichi parecía bastante arrepentido de no haber llegado a la hora que creía correcta.[/code]
- Lamento llegar tan tarde, Gojo-san me aviso a ultima hora. Les daré el reporte rápidamente. La situación se complicó más de lo que nos informaron en un inicio, al parecer, en los últimos dos meses comenzaron a llevarse a cabo una gran cantidad de muertes sin explicación alguna, cada paciente era diferente y según los reportes médicos, todos estaban en buenas condiciones para ser dados de alta pronto.
-Gojo Satoru solía darle información a medias y aquello le fastidiaba enormemente, suspiro y simplemente maldijo por lo bajo al de los ojos vendados mientras Ijichi conducía hasta dejarle en la entrada de aquel hospital, algo no estaba bien lo podía presentir desde que se acercaban en el auto pero no podía quejarse ni decir nada por el momento, a unos cuantos pasos de ella estaba Maki Zen'in esperando que llegarán y por lo que puede deducir el peli blanco no le informo la hora correcta de llegada, llamo la atenciónde esta con un pequeño carraspeo de su garganta una vez que estuvo fuera del auto y se acerco a ella.-
¿Maki Zen'in, verdad? Soy Seijun Hasegawa compañera en esta misión.
[code]–Era común para los chamanes estudiantes de grado 4, como ella, fueran acompañados por un compañero o alguien que sirviera de apoyo para el otro, desgraciadamente para su profesor idiota, no era información necesaria para darle, ni un nombre ni quien los recibiría y agregándole aún más su sentido de la simplicidad de dar la hora como un 8 y algo, 10 o tal vez 7 y algo. [/code]
- ¡Maldito idiota con ojos vendados! ¡¿A qué maldita hora tenían que llegar?!
[code]Siempre había un poco de todo en cada misión, aburrimiento, tensión, molestia, confianza, muerte. Era algo que era casi tan fácil de predecir, quizás era el aire que se respiraba era tan nauseabundo que simplemente uno era capaz de predecir lo que pasaría. Sin embargo, aquella noche no era tan común como otras, el sentimiento amenazante que emanaba del Hospital Haikyo era menor o equivalente a una maldición de grado 3, quizás menor, pero eso no dejaba de dar esa sensación de que algo no cuadraba con lo que sea que Gojo Satoru creía que podría hacer o que podría encontrar, sobre todo por la cantidad de maldiciones de bajo grado que seguramente solo se limitaban a mirar, después de todo, los hospitales como esos eran un nido de maldiciones de todo tipo. [/code]
