—En ese caso, ¿Qué estoy esperando? —se arremangó las mangas de su chamarra de cuero, tipo en plan manos a la obra. Las palabras del azabache le dieron los ánimos necesarios para perseguir su nuevo sueño: ser modelo— Me pondré contacto con diferentes agencias de modelaje, si tengo suerte, tal vez me acepten en una o hasta en más.

Antes de marcharse le dijo en voz baja:

—Si logró ser modelo de Victoria's Secret o algo por el estilo, tú serás el primero en ver las fotos. Solo espero que por modelo «sexy» no signifique me vayan a hacer modelar braguitas de abuelita.

Detuvo su labor de ventilador humano para escuchar al azabache. Tantas vueltas que había dado su cabeza la dejó mareada, perdió el equilibrio y terminó cayéndose de sentón al piso.

—Oye, esa es una buena idea —exclamó con el rostro iluminado. Tal vez así podría dejar su trabajo de medio tiempo en el McDonald's y hacerse con un mejor sueldo que le permitiría darse el lujo de comprarse muchos chocolates— ¿Cómo no se me había ocurrido antes? ¿Crees que tenga... madera de modelo?

Afro como buena diosa de la belleza que era, estaba hecha todo un manjar. Ser aceptada como modelo sería pan comido, si hizo la última pregunta fue por mera modestia.

—¡Muy bien! —exclamó uniendo el puño de su diestra a la palma de su zurda—, prepárense por que esto les va a refrescar hasta el alma.

Llenó sus pulmones de aire y flexionó ligeramente la rodillas. Agitó violentamente su cabellera a lo cantante de Black metal. De ser posible, casi, casi, le salen chispas del cuello.



—¿Así está bien?

—Pff...— Hasta acá le llego el aire generado por esa cabellera de comercial, si hubiera sido más larga, la golpea. (?)

—¡Siga! Que hace calor. (???)

—¿Verdad qué sí? Incluso combina con mi cabello —presumiendo del buen contraste entre naranjas y negros, sacudió su corta melena pelirroja ahora teñida temporalmente de negro a lo comercial de shampoo (?)

— Que buena combinación de colores... ~