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TomokiSakuraiKun · 22-25, M
— Si, acabo de encontrar los chocolates que tanto te gustan para ti. Ven aqui para que lo veas.
-Gritó un poco en alto cuando había encontrado el chocolate ideal y adecuado que le gustaba a la chica que estaba enamorada del chocolate. Sujetó una tableta con la diestra para mirar un poco las especificaciones de lo que contenía aquel chocolate que era diferente a los demás.-
— Mmm... Supongo que este será el que esta enamorado de ella.
— S-sí, muy fresco... —replicó frotándose los brazos. No era que el clima ahí adentro fuera muy polar, simplemente Afro era muy friolenta— ¡Achú!

Fue abriéndose paso entre la gente que merodeaba el lugar, empujándolos ligeramente con la cadera al pasar y apartándolos para estudiar mejor las estanterías del área de dulces. No estaba teniendo mucho éxito en su búsqueda por el preciado chocolate semi amargo, pero al menos en su camino fue topándose con una variedad de chocolates y dulces que captaron su atención, como gomitas en forma de ojo (muy ideales para una buena fiesta de Halloween en pleno verano), o los pocky de arcoíris, y que fue depositando en la canasta de la compra.

—¡Ey, chico de las Angeloids!—gritó a su acompañante— ¿Haz encontrado algo?
TomokiSakuraiKun · 22-25, M
— Bien, ya hemos llegado aqui.
-Aquellos dos llegaron al supermercado, que no habían tardado mucho en llegar en aproximadamente unos cincos minutos ya que como el había dicho, solo estaba a tres calles por delante de ellos. Comenzaron a adentrarse por primera vez en aquel supermercado, que en un su interior era bastante grande de sorprender, ya que había un montón de gente que estaban en cada sitio haciendo sus compras. Ellos mismos comenzaron a buscar el sitio de las chocolatinas, mirando un pocos los lados para ver donde estaba.-
— Se siente fresco aqui dentro... A ver si hay chocolates para comprártelos.
—Pero si tuviera que elegir un solo sabor, definitivamente elegiría el chocolate semi amargo. El chocolate normal a veces me saca granos y el de café a veces no me deja dormir —reconoció para si misma en voz baja— . ¡Venga! ¿qué estamos esperando? ¡Entremos!
¿A los dioses les podía afectar la ingesta excesiva de chocolate al corazón? Si la respuesta era sí, no quería descubrirlo. Siguió al chico intentando disimular el hecho de que no conocía del todo bien la zona, por lo que agradeció profundamente el mini tour por las tres calles. Normalmente no se mostraba tan confiada con desconocidos, y mucho menos, tal como le aconsejó su mamá —que en realidad no tenía—, aceptar alimentos de desconocidos. Se preguntó si había alguna mala intención tras tanta amabilidad por parte del chico, hacía no mucho que lo conocía y eso solo porque elogió a sus bien trabajadas Angeloids. En caso de ser así, llevaba su super arma en el bolsillo; nada más y nada menos que una navaja de afeitar. Si el chico intentaba algo perverso siempre podía afeitarle el pelo del pecho, o incluso depilarle las cejas gratis. Sin duda era una gran maestra de la autodefensa.

—Me gustan todos (?)
[...]
TomokiSakuraiKun · 22-25, M
— Por supuesto querida. Yo le compro el chocolate con el dinero mío. Asi que no debe preocuparse. Eso si, debes intentar evitar comer tanto chocolate porque si no ganas mucha gordura, y te puede afectar al corazón.
— Venga, vamos.
-Le hizo el pat pat en la cabeza de la chica, acompañándola cuando ya se estaban dirigiendo al supermercado que estaba cerca de unas tres calles al frente.-
— Tendrás que decirme que tipo de chocolate te gustaría que te comprara, ya que hay algunos que son diferentes sabores.
Se dio media vuelta y luego volvió lentamente el rostro hacia el chico, recobrando un poco la compostura. Tímidamente dijo:

—¿Enserio me comprarías chocolate? Te lo agradecería mucho. Espero no verme muy mal educada, pero es que tengo tantísima hambre. Mira.

Se levantó la blusa lo suficiente para mostrarle su pancita que gruñía y temblaba, exigiéndole algo de comer.

En cuanto escuchó las palabras «dinerito» y «chocolate» se le iluminó el rostro y sus ojos marrones estaban muy abiertos. Eran las mejores palabras que había escuchado en todo el día.



—¿Hablas en serio? ¿Chocolates? ¿Harías eso por mí? —Estaba a punto de abrir la boca para decir el nombre del azabache, pero luego recordó que, de hecho, no lo conocía, algo que no podía importarle menos a su estomago, ya que constantemente le gruñía: «¿Qué importa el nombre? ¡El chocolate, el chocolate!».
[...]
TomokiSakuraiKun · 22-25, M
— Mirada de tener ganas de saborear el chocolate con tu propia lengua y labios... (?) De momento me sobra dinerito para comprarte algo de chocolate. (?)
—A esta mirada yo la llamo «mirada con intenciones de reproducirse» o «los chocolates están al 50% de descuento» (?)

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