« Back to Album · Next »
Newest First | Oldest First
Cruzada de brazos se echó a reír levemente cuando el varón se volvió hacia ella, le causó ternura ver como su vecino muy alegremente se había puesto en marcha para ir hacia donde su perro, a pesar de que era probable que este desconociera de cual local se trataba. Debía quererlo mucho, pensó.

— ¡Claro! solo deja que cierre esto —la pelirroja le puso llave a la entrada de su casa y apuntó con su cabeza a la calle—. Ven, vamos.

El local en donde vio al pastor belga quedaba a tres calles de su casa, el establecimiento era pequeño, acogedor y familiar, con cierto toque de elegancia que le proporcionaban los muebles y la decoración. Los comensales ya se habían marchado y los encargados se dedicaron a limpiar y meter las mesas del exterior.

—Es aquí —indicó mientras buscó con la mirada alguna señal del sabueso. Entonces reparó en los botes de basura —. Ah, allí es donde lo vi la última vez.
hammurabi · M
-Por un momento se había preocupado por la forma en la que él leía las expresiones ajenas, pensó que tal vez había dicho algo malo. Incluso había parpadeado un par de veces de forma ansiosa, hasta que se sorprendió por la exlamación. Le tembló el pulso por un momento, pero la alegría de la esperanza llegó junto a la información de su querido cachorro de 30kg.-

¿¡Enserio!? Qué felicidad, espero que no se haya comido nada que le haga daño. -Mencionó con una sonrisa de lo más exagerada, pero no tanto como la felicidad naciente en su pecho. Se apresuró tanto como pudo, pues no andaba muy rápido.- ¡Adonis! -Gritó, pero se dio vuelta casi al instante hacia ella con incredulidad.

Se hizo el silencio por un segundo, entonces mencionó.- ¿Podría llevarme hacia ese local? Yo la seguiré. -Dijo con algo de vergüenza, después de todo no salía tanto como para saber exáctamente cuál.-
Fue fugaz como el hermoso rostro de la diosa irradió dolor y tristeza. Miró ceñuda a un costado de los pies del hombre, tratándose de controlar y atender a lo que su vecino le estaba diciendo.

—Adonis... —susurró el nombre en un tono apenas perceptible. Adonis fue uno de sus más grandes amores de su inmortal vida, hasta que un día un cerdo subnormal —era un jabalí en realidad, pero ella prefería referirse a el como "cerdo subnormal"— lo apuñaló con sus colmillos hasta matarlo.

Algún día haría pagar al asesino de su amante, algún día.
Porque sí, ese asesino en serie era cualquier cosa menos un animal a un cien porciento.

—¡Oh, ya la recuerdo! —su expresión se iluminó— vi hace un rato a un perrito como el que acabas de describir: grande, con manchas blancas en la nariz. Estaba husmeando en unas bolsas de basura enfrente de un local de comida. Si nos apresuramos y vamos para allá con suerte él seguirá ahí.
hammurabi · M
-No era un hombre que destacara mucho. Larguirucho, delgado y de rostro "simpático", exclamando una alegría llena de simpleza. Su postura, sin embargo, denotaba cierta etiqueta, al igual que sus prendas formales.-

Tiene un nombre de lo más elegante. Es un placer, parece que no hemos tenido el momento de encontrarnos antes. -Hizo una sutil reverencia, más tranquilo que antes. Aunque la mención del perro volvió a traerle ansiedad, una imposible de ocultar.- A-ah si, mi querido Adonis.
Es un pastor belga, marron con manchas blancas en la nariz. -Su sonrisa se hizo más evidente al explicarlo, sus manos se movieron como si tratara de darle forma a la imagen del animal.-

Es un animal grande. -Marcó la altura, casi hasta su cadera.- Temo que se haya metido en el patio de algún vecino, llevo un par de horas preguntando.
Afrodita clavó sus ojos color obsidiana en el hombre, dándole un rápido vistazo, estudiándolo. No recordaba su rostro; hacía un par de semanas desde que la diosa de la risa, el amor y la belleza se había instalado en aquella zona para vivir entre los mortales como una simple humana y poco a poco fue ubicando los nombres y rostros de sus vecinos y la gente que vivía al rededor. Obviamente, no conocía el de todos, principalmente por las diferencias de horario no llegaba a coincidir con algunos de ellos al salir de casa, tal vez esa era la razón por la que, aquel hombre de cabellos oscuros no le resultaba para nada familiar.

—Hola, Rafael. Creo que aún no teníamos el gusto de conocernos —le dedicó una sonrisa cordial—, soy Clarisse, tu más o menos nueva vecina.

Dar un nombre falso era una táctica que recurrentemente utilizaba para evitar preguntas del tipo: "¿Afrodita? ¿Te llamas "Afrodita como la de la mitología?"

—En cuanto a lo de tu perrito... ¿tiene algún rasgo distintivo
hammurabi · M
H-hola, si... soy un vecino, quería saber si no vio u oyó a mi perrito que se ha escapado. -El delgado hombre de oscuros rulos se postra nervioso, tal vez por preocupación.-

¡Ah! Perdón, no me he presentado. Soy Rafael.
La puerta se abrió y la cabeza de una pelirroja de cabello corto se asomó con cierta cautela. Ella arqueó una ceja.

—¿Hola?
hammurabi · M
-Estaba impaciente, le sudaba un poco la frente. Su rostro estaba cansado, pero se había arreglado.- Qué vergüenza. -Toca la puerta de nuevo, más despacio que antes.- ¿Hola?
—¿Huh?, me pregunto quién podrá ser. No estaba esperando visitas —musitó mientras se aproximaba a la puerta para abrirla.
hammurabi · M
-Toca la puerta.-

Add a comment...
 
Send Comment