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-En una situación cualquiera, el solo la hubiese empujado, pero, habia algo que para con ella le imposibilitada hacerlo ¿Acaso era empatía? Por más que el azabache intentará mostrarse duro claramente tenía su toque de humanidad, uno que la albina parecía sacar a la luz mejor que nadie hizo alguna vez-

-Antes de responder, la vio quedarse dormida, resignado el varón se quedó en esa posición, incluso se tomó la molestia de acomodarse mejor para que ella descansara bien- Que remedio... -Uso su diestra para ponerla sobre su nuca, un movimiento leve usando sus dedos en orden de acariciar sus cabellos- Supongo que tendré que aceptarlo, al menos por ahora
Él decía que no era para tanto, pero para Lue significaba muchísimo el hecho de que la hubiera salvado, fuese queriendo o no. Restregó su mejilla contra el rostro ajeno y sus orejas se movieron levemente debido al gusto de aquella cercanía. —Gracias por haberme salvado, maestro, pyon. Espero que no te moleste, pyon... Si me relajo... Aquí pyon... —su voz se volvió cada vez más suave hasta que desapareció cualquier habla. Se había quedado en letargo recostada sobre su pecho con una sonrisita decorando su rostro.
¿Que haces? -Proximidad física, no estaba acostumbrado, si fuese otro caso incluso le hubiese empujado, pero no fue esta la reacción con ella. Solo se quedó quieto, dejándola acomodarse.-

Hasta los dioses tienen a sus marginados ¿Eh? -No le era cómodo tenerla tan cerca, pero estaba ya atrapado entre el respaldar y su cuerpo, por lo que no pudo hacer más que dejarse abrazar. Por mero impulso puso su mano sobre la cabeza ajena, palpando la-

Ya ya, tampoco es para tanto
— Hum. — Se fue trepando poco a poco en el regazo de su maestro como todo conejo adiestrado hace para acomodarse antes de una siesta. Dijo no tener sueño, pero sus párpados se cerraban un poquito cada vez más. Probablemente, más que sueño, era cansancio físico.

— No lo sé, pyon. Un Dios me encerró ahí. Creo que no había podido salir porque nadie me buscaba realmente... — Bajó la mirada ante la realidad que había evitado. Nadie la había querido realmente.

— pero mi maestro me liberó, ¡por eso le estoy muy agradecida, pyon! — Se le aferró al cuello, abrazándolo.
-Se mantuvo expectante ante ella, al menos la chica podia comunicarse, y entenderle inclusive, era mejor que verse obligado a explicar las cosas paso por paso. Asi, mientras se dedicaba solo a escuchar, una vez captado su nombre, este rasco su propio menton-

Lue, bien no es dificil de recordar. No tienes que alimentarte ni dormir...al menos hasta ahora -Cerro sus parpados, aun tenia varias dudas que necesitaba resolver, fijando una vez mas su mirada sobre ella-

Bien, con esto en mente, sigo preguntandome. Como diablos es que estabas sellada al alcance de un solo hechizo de invocacion? Hasta donde se, para sellar a una deidad se necesitan al menos vasijas que puedan contener sus almas...
— Uhm, no me hace falta, ¡en verdad, pyon! He dicho que puedo vivir sin eso. Crea en mí, maestro. — Le sonrió con tenue dulzura. Sus ojitos se posaron en él, a la par, correspondiendo al contacto visual por escasos segundos.

— ¿mi nombre? ¡Mi nombre! Mi nombre es… — Acercó el dedo índice a la mejilla; la punta de éste dio saltitos sobre su nívea piel.

— ¡¡Lue!! Ese es mi nombre pyon.. —
-Parpadeo dos veces, alzo la vista con extrañeza pasando a rascar su nuca, realmente era todo un caso. Porque de todos los seres era "El elegido"? La verdad, no seria algo que meditar demasiado, tendria que resignarse.-

Muy bien, supongo que tendremos que probar si en verdad la comida no te hace falta -Y asi, su mirada se fijo una vez mas sobre la albina- A todo esto, aun no conozco tu nombre.
—Pero si mi maestro fue quien me invocó pyon... —Bajó sus orejas con evidente tristeza—. En la luna no había comida ni bebida. Nada, pyon. Soy una especie de Diosa... Pyon. ¡Creo que puedo vivir sin nada de eso!
Generalmente lo es, si es que realmente tu cuerpo lo necesita.

-Sus brazos estaban cruzados, la mirada no expresaba una emocion concreta, mas bien sola neutralidad. Luego de ello, cerro sus parpados dejando salir un suspiro-

Debiste venir con un manual de instrucciones... eso significa que tampoco comes?
—¡Maestro! No solía dormir en la luna, pyon. ¿Es necesario dormir aquí?

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