— Por mi, esta bien, mientras haya sake, me doy por bien servido, las mujeres ya llegarán...

Urge con su meñique izquierdo, su respectiva oreja, tratado de sacar una incómoda acumulación de cerilla. Le agradaba aquel sujeto, por lo que parecía que era de confianza.

— Vamos hacia el sake, Akamatsu.

Ojalá. [ Dijo con firmeza, en lo que se tallaba la nariz con todo su humo. Mientras alzaba sus cejas una y otra vez. ] Solo sé dónde hay sake, el resto de las cosas tendremos que descubrirlas. Seamos mejores amigos ¿si?

—Como a cualquier hombre.

Respondió a la pregunta mientras correspondía al abrazo dando un par de palmadas al contrario. Era alguien excéntrico, pero parecía bastante agradable, o eso era lo que pensaba.

—Debo pensar que conoces un buen lugar para las primeras dos, ¿No es cierto, joven Akamatsu?

Ya veo. [Dijo con cuidado, mientras le soltaba los ropajes. Y le abrazaba sin más, por encima de su hombro, totalmente amistoso.] Soy Akamatsu ¿te gustan las tetas, el sake y las espadas?

Había comocadonsus manos frente a él, tratando de calmarle, pues no tenía ninguna intención de iniciar un conflicto.

— Claro que no, siempre trato de pagar mis deudas a tiempo. Además sería todo lo contrario, buscaría a quien me debe dinero.

[ Akamatsu soltó su arma de madera mientras caminaba hacía él. Se acercó mientras literalmente olfateaba sus ropas, si es que se lo permitía. ]

Ah, no.

Creí que eras alguien que me debía dinero.

Tras acercarse lo suficiente, aquel uso el meñique izquierdo para urgar su oído del mismo hemisferio para sacar algo de cerilla.

— ¿En serio? Agh... y yo pensaba que el mantener el silencio siempre sería ventajoso. Puedes llamarme Sengo.

Ora... [ Se rascó un poco la cabeza con el bokken, pensativo. ] Tu voz me suena parecida ¿Quién rayos eres?

— Esas parecen marcas de un duro trabajo en la búsqueda de la perfección del propio ser.

Agregó una joven, pero tranquila voz, que poco a poco se aproximaba entre la malesa.