El timbre sonó, Blaze estaba con Miruna en aquella puerta esperando que Hatsuki abriera, sus dedos buscaron los dedos ajenos de la azabache, así le daría seguridad a Miruna ¿Miruna sabía lo mucho que Blaze le quería? No entendía sus celos a veces, quizás le faltaba hablarlo con ella, su mirada rasgada se fue en dirección a Miruna para corroborar que ella estuviera bien.
Había abierto sus labios para decir algo pero sabía de Miruna, ya la sola mención le ponía histérica.
— Eres linda cuando te enojas...
Había verdad en eso también, sonríe suave dejando un beso a la mejilla de Miruna ¿A la castaña le gustaban los abrazos? Pues Blaze la abrazaria, dejo a un lado aquel Topper de comida y atrajo a su chica en sus brazos.
Otra vez la jodida Hatsuki. ¿Acaso debían estar juntas todo los días, a cualquier hora? La castaña atrapa el trozo de salchicha y lo come apretando los labios, en silencio.
Pensó un momento. No quería ver a la chica, pero tampoco quería dejar a Blaze a solas con ella. Terminó por aceptar con la cabeza, y luego bebió de su jugo otra vez.
Se sentía tan bien besarla, que podía olvidarse del almuerzo y dedicarse únicamente a darle más besos. Pero las palabras de Blaze le hacen sonrojar fuerte de pronto; creía saber a qué se refería. Riendo se hizo hacia atrás, e interpuso la mano entre sus bocas. De hecho, cubrió los labios de la chica con dos de sus dedos.
— N-no, lo siento. No quiero darte ganas de otra cosa.
Su corazón nuevamente retumbó al sentir esos labios ¿Era su imaginación o cada vez que se besaban hacía calor? En esa cercania ladeaba su cabeza para que tuviera más acceso a los labios de forma mutua.
Al separarse Blaze se relame los labios callada, nuevamente retoma la cercanía para robar otro beso más efusivo, había tomado parte de la quijada de aquella chica.
— Si nos seguimos besando aquí... Me vas a dejar con ganas de otra cosa...
Murmuró seductora. Maldición, esa chica le atraída demasiado.
Qué felicidad, quería ir con ella como pareja... Aunque no lo fueran oficialmente, en la mente de Miruna lo eran. Estaba sonriendo amplio, hasta que alejó la caja de jugo y se aproximó a los labios de Blaze. La besó despacio, dulce.
Parecía que ya todo estaba bien y que la escena pasada había Sido olvidada, a Blaze le aliviaba así que también se olvidó del tema. Se dedicaría a almorzar con ella en tranquilidad, la albina no recuesta su cabeza en ella pero si en la pared, nuevamente acerca otro pedazo a sus labios para alimentarla.
— Juntas... Si, juntas...
Nuevamente esa expresión ladina y sutil se asoma en sus labios mirando a la azabache.
Felizmente abre la boca para ella, comiendo la salchicha. Miruna saborea y mueve su cabeza tiernamente, lado a lado. Su humor cambiaba de la noche a la mañana, o en un parpadeo. Podía ser indiferente e ignorar a Blaze, o mirarla con todo el amor que creía sentir hacia ella. No había punto medio, estaba inestable.
Bebió un trago de jugo de naranja, sorbiendo de su cajita y luego recostó mimosa su cabeza en el hombro ajeno.
