-Guardo el dinero que le había dado y nuevamente siguió su camino de regreso a su hogar y de paso compro un par de cosas para comer.-

Oh, muchas gracias. Eres muy amable.

-Al tomar el mapa le dejó un par de dólares, seguramente más de lo que costaba el papel impreso, pero aún era ignorante del valor de las cosas en ese país. Luego se apartó un par de pasos y se preparó para seguir su camino, no sin antes saludarla con la mano.-

Espero que no, iré con cuidado.

-Y con esas palabras se adentró calle adentro, mirando el mapa casi de forma distraída.-

-Asintio suavemente mientras le guiaba a una pequeña tienda de souvenirs para conseguirle un mapa turístico al extranjero y entregárselo como cortesía pues había sido educada de esa manera, le sonrió amablemente una vez que se lo entrego, y le señalo el observatorio.-

Con esto no te pierdes.

Si, eso sería genial.

-Esperaba que no se refiriera al mapa del celular, porque el de Yasha era lo suficiente viejo como para que no pudiera mantener abierta la aplicación por más de 5 minutos. El joven siguió a distancia prudente, sonriendo con algo de pena.-

Me servirá más, tengo mala memoria para las indicaciones.

-Salvo las del trabajo porque no implican nombres ni números.-

-Sus ojos castaños miraron directamente al joven curiosa por verlo, era claro que no era de por ahí al igual que ella pues también tenía rasgos asiáticos, asintió suave con una pequeña sonrisa en sus labios.-


Si, ¿Necesitas un mapa?

Disculpe, señorita. ¿De casualidad sabe dónde está el observatorio?

-El rubio se detuvo en seco, algo perdido de indicaciones mientras se rascaba el mentón. Sus ojos azules como dos gotas de agua miraron a la chica, pensando que sería más fácil preguntarle a ella que a algún estadounidense estereotípico, sobre todo porque la mayoría parecían ser de por más reservados con él.-