—Sarah Haim. El esposo de su hija le debía a los rusos y la mataron a ella y a los niños. — se encogió de hombros dirigiéndose hacia donde la menor había señalado, estaban cerca de las urnas de congelación por lo que abrió una de las cabinas para enseñarle por encima. —¿Ves? No tenía la culpa de lo que pasó, pero aquí no se puede hacer nada por ella. — Ronan le atribuyó que ella lo supiera porque quizá leyó las notas con la información sobre los muertos. El funeral de todos sería en tres días así que tiene que mantenerla "fresca" por ese lapso. —Por cierto, que quieres estudiar cuando seas mayor ? —

Claro. -Chasqueo la lengua contra sus dientes resoplando pues podía intuir que su tío era un escéptico a lo paranormal y quién no? Después de todo el ser humano siente miedo a lo desconocido y sobre todo a las cosas que no puede ver u tocar suspiro un poco y alzo nuevamente su mirada para mirar a una anciana en la esquina de aquel cuarto.- ¿Quién es la señora, tío? -Pregunta en voz baja señalando con su dedo hacia dicho lugar esperando que le creyera está vez.-

—¿Esto? Esto no es frío Mi-chan. Dónde me crié era mucho peor, esto no es nada. — para Ronan no había nada de esas cosas sobrenaturales que tuvieran sentido, sino había un fundamento científico para ello, y eso que recién acaba de conocer a una chica que al igual que Mi-chan cree en esas presencias, para el son tonterías. Los humanos son mil veces peores que cualquier fantasma. —¿Terminaste la tarea? — él era la prueba de hecho, aunque estuviera rehabilitado, nada le impediría cumplir con sus caprichos como una vez hizo.

Un poco.. -Menciona después de haber reaccionado al escucharlo nuevamente regresar con aquel juego y la bebida dandole un pequeño sorbo, desviando de vez en cuando su mirada hacia el espíritu que estaba demasiado cerca para su gusto.- ¿No sientes frío? -Pregunta pues la sensación en el lugar era demasiado sombría y fría, se preguntaba si él sabía o sentía que no estaba solo la mayoría del tiempo.-

—Uhm estás cómoda? No es muy grande el lugar pero no me quejo. — encogió los hombros ya que el no percibía nada, desconocía todo ese mundo porque es un hombre de ciencia y hechos. Fue por una bebida para ambos, regreso con un juego para la menor mientras el sorbia una proteína gelatinosa que daba la apariencia de ser "sangre". Le dejo la caja a un lado de su lapicera mientras se apoya en el borde de la mesa cruzando las piernas.