¡Eso es genial! Estoy segura que lo harás bien.

-Respondió con gracia cuando lo ve tan emocionado que la pobre bola de arroz quedo apachurrada logrando hacerla reír, ya había hecho varios para compartir con él-

— Pues bien, me siento emocionado. He quebrado hasta la última fibra de mis músculos para estar a la altura de ustedes—
Diría con el brillo en su iris, tan emocionado se escuchaba que no fue capaz de controlar la siguiente bola de arroz que quedaría apachurrada toscamente entre sus dedos.

Si también se que pronto jugarás tu primer partido de Quidditch ¿Como te sientes ante eso?-Habia logrado ver hasta cierto punto el suceso de ese día y los resultados pero no podía decírselo pues iba en contra de la mayoría de las reglas-

— Excelente. Además de que somos claros vecinos. — Diría ya que él se alojaba en otro lugar debido al intercambio, aún le costaba ubicar las calles pero afortunadamente podía llegar hasta donde ella vivía.

Si también se que seremos buenos amigos.-Respondió ya más calmada porque era evidente que habían demasiados resultados apartir de su confesión aunque todo resultó bastante bien tal y como lo había visto, le es más fácil decirle que sucedera más adelante que ocultarselo-

— No creas que molesta. De hecho se me hace bastante enigmático. — Aclaró, una vez escucho salir el suspiro. Nuevamente le ofreció el pedazo de tela para limpiar el rostro de arroz, y así lo hizo sin permiso anticipado.
— ¿Es decir que sabías que nos íbamos a conocer? —
No deseaba sobrecargarla, seguramente ella estaba acostumbrada a que la bombardearan de preguntas referentes al futuro y él no quería ser uno de esa lista de ambiciosos.

Puedo.. Mi madre también puede hacerlo..-Apretó sus labios ligeramente rara vez sentía ese peso de confesar aquella habilidad que la mayoría de las veces traía problemas, observo el rostro ajeno y como sus facciones se endurecieron y vez más suspiro- Porque después de todo tarde o temprano lo ibas a saber

— ¿Puedes? —
Fue lo único de sus labios salió, no era algo que se descartara en el mundo mágico, pues había de todo, durante su vida y conocimiento jamás se había topado con alguien que pudiese hacerlo. Y de la nada, endureció sus facciones, ¿ella podría conocer el resultado de sus lazos cercanos y el final de estos?
— ¿Por qué me lo has confesado? — Cuestionó con tono suave sin indagar demasiado.

-Tomo bastante aire para luego decírselo después de todo tarde o temprano se enteraría y era mejor que lo supiera de su boca y no de la de alguien más. - Puedo ver el futuro con tan solo ver a la persona

— ¿El destino?—
Hizo énfasis en aquello, frunció su entrecejo ligeramente.
Finalizó con su bolita y la dejó en un plato.
— Te comprendo en ese aspecto—
Trato de seguir con la conversación aunque fue la seguridad tal, con la que Bekka habló que lo hizo preguntarse si ella creía en él. Claro que tenían clases sobre eso pero, mencionarlo era algo curioso por si solo, era imposible no llamara su atención.