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User1577679 · M
— Quizá. Pero eso no nos corresponde. Nuestro lugar es siempre por debajo del Rey, como un perro bajo su amo. —dijo él, guardándose la pañoleta en el bolsillo del pantalón.
— ¿Tú... Eres el perro del Rey? —cuestionó la niña como si el mote le pareciera demasiado ofensivo, poco sutil y sobre todo humillante.
— Soy el perro del Rey. —dijo.
En ello entró corriendo una mujer, era la hija del cocinero, madre de la niña. Cuando vio a su pequeña ante Artaban se tensó, no tenía muy buena fama y de hecho, era temido por su lealtad ciega al Rey.
— Por favor... No le digas sobre la pañoleta —susurró la pequeña temerosa.
— ¿De que pañoleta hablas? ¡Anda! Ve con tu madre.
La niña pegó un brinco y salió corriendo hacia su madre. Hoy definitivamente estaba de buenas.
— ¿Tú... Eres el perro del Rey? —cuestionó la niña como si el mote le pareciera demasiado ofensivo, poco sutil y sobre todo humillante.
— Soy el perro del Rey. —dijo.
En ello entró corriendo una mujer, era la hija del cocinero, madre de la niña. Cuando vio a su pequeña ante Artaban se tensó, no tenía muy buena fama y de hecho, era temido por su lealtad ciega al Rey.
— Por favor... No le digas sobre la pañoleta —susurró la pequeña temerosa.
— ¿De que pañoleta hablas? ¡Anda! Ve con tu madre.
La niña pegó un brinco y salió corriendo hacia su madre. Hoy definitivamente estaba de buenas.
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