** Aún sentía las orejas calientes al saber que las labores se estaban retrasando conforme a lo estipulado en su itinerario. La impuntualidad era una de las pocas cosas que le sacaba de sus casillas, pues muchas veces atribuía el error humano como algo aceptable, pero que el error provenga de sus homúnculos, era algo que tenía que ser ajustado.

- Haz lo que te digo entonces, y haré que el en persona vaya junto a ti. Hasta haré modificaciones para que puedan tener todo el sexo que desees.

Agregó siguiendo el juego a la demente, aunque la idea de ver dos homúnculos tratando de procrea solo por mero placer, era ya de por sí algo que generaba intria y deseo de observa el cómo éstos se desenvolvían y cada vez más se asemejaban al ser humano, o al menos Luclille. **

[code]++ Había dedicido ignorar toda la irracionalidad que Lucile vomitaba por su boca al hablar, realente no tenía sentido seguir tratando de razonar con ella, sabía que una discusión así no la podía ganar, casi siempra era ceder a sus bizarros caprichos, tales que rayaban en lo absurdo y aleatorio.

Se dedicó a terminar la labor en silencio. Y al terminar, este llevó su diestra sobre su pecho e inclinó su torso en una sutil pero fromal reverencia hacia su amo y creador.

— A la orden Doctor, Dama Lucile, me retiro a cumplir mi deber.

Tras ello, dio media vuelta y se echó a correr de vuelta al bote en el que había llegado, yendo a cumplir con las órdenes de Dee. ++[/code]

[code]Esa voz hipnotizante le hizo abrir los ojos como un par de platos y asintió una y otra vez con la cabeza; esa "voz" de Kafka le hacía razonar y funcionar como debía ser, así que, como si fuese un robot, esperó la orden siguiente.

— Sí, Kafka.

Respondió firme y robotizado, quedándose en una posición de "firmes", la cual rompió apenas escuchó ahora la voz de su padre y puso una cara de decepción.

— No, no, no. Quiero que Arthur me lleve. Sabes... Arthur es mi novio, pero no lo sabe.

Esto último lo dijo en un tono de voz bajo, como si le estuviera confesando un super secreto a Dee.

— Solo que no le digas, porque luego me regaña. Pero es mi novio. Solo míralo papi, es tan lindo. Pero... ¿Qué es el amor? ¿Puede Lucille cogerse a Arthur? ¿Lucille tiene esas cosas que tienen las mujeres abajo para recibir a los hombres?

Y de nueva cuenta, desviaba el tema, la loca irreverente. [/code]

** Mientras más escucaba, más le hervía la sangre al ver el desastre y el retraso que ambos habían ocasionado. Poco le importaba quién había hecho qué, lo que importaba era que no habían obtenido el resultado querido en el tiempo establecido, cosa que le llevo a mirar a ambos seres con cierto nivel de desprecio.

Su mirada bajó hacia Lucille, era aquella estricta y sombría, carente de luz y todo rastro del fingido amor que solía emostrarle para seguir manipulando aquel frenético actuar.

- Primero concéntrence en terminar sus deberes. Poco tiempo tenemos antes de llevar la salvación a todos.

Así como se mostraba su expresión, habló, mostrando el lado que aquella solía escucha: Kafka. Sus ojos brillaban como un par de orbes de ambas a contraluz.

- Cuando terminen sus labores, tendrás todo el helado que puedas comer. Arthur tiene que ir lejos, yo te llevaré para eso, pero solo hasta que termines como es debido.**

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De un momento a otro hizo una pausa a sus palabras y su explicación y salió corriendo hacia los cadáveres. Había visto que uno de los que supuestamente había matado, seguía con vida, así que se acercó, se puso de cuclillas frente a él y metió sus manos dentro de las córneas de la criatura para arrancarle los ojos y en seguida llevarlos a su boca para comerlos.

— Uhm... ¡Comida! ¡Mira papi, Lucille come de nuevo toda su comida. Pero quiere helado. ¿Arthur la puede llevar a comer helado? ¡Mamá dijo que si!

Y ahí estaba de nuevo la enloquecida y deschabetada Lucille, imaginándose que los ojos eran unas bolas de helado. [/code]

[code]— Hola papi. Todo es culpa de Arthur. Se salió de control y pues hizo todo esto. Luego me dijo que no iría a una cita conmigo y Kafka me dijo que debía matar a todos ellos.

Corrió hacia el Dr. Dee y le miró con ojitos de borrego, claramente estaba mintiendo, pero ella en su mente decía la verdad y más al mencionar a "Kafka". Kafka era la voz que solía decirle que hacer, aunque en realidad era un nada que ella se había creado para zafarse de los problemas, ya que Kafka en realidad era la mera voz de John Dee.

Volteó a ver a Arthur y le apuntó con su dedo índice, inflando sus mejillas.

— ¡Además me dijo que no lo acusara! Pero yo lo acuso porque soy una hija responsable.

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[code]++ Era justamente ese momento el que evitaba a toda costa, ahora había que afrontar no solo a las bestias liberadas, sino al disgustado Doctor que hizo acto de presencia ante los homúnculos que se mantenían en sus labores, aunque al pelirrojo no le correspondía.

— Doctor Dee. Hubo un contratiempo en la ejecución de la tarea. La interpretación fue equivocada, en estos momentos estamos terminando.

Explicó sin apartar la mirada de las bestias a las que sometía con facilidad. Así mismo había algunas otras que por sí mismas, por el mismo miedo retrocedieron y volvieron a sus celdas. ++[/code]

- ¡Arthur! ¡¿Donde demonios estás?! ¡Te dije que vinieras a la isla a una supervición de rutina y después volverías ferry hacia China!

Una voz estricta se hizo presente en el lugar, se podía notar el enojo, impaciencia e intolerancia ante el retraso de las actividades que había asignado a los dos sirvientes creados por su mano. Su rostro expresaba con claridad dicha inconformidad.

Caminó apresurado ante la falta de respuesta, hasta encontrarse con aquel par de homúnculos trabajando en la labor que había asignado especialmente a Lucille.

- Arthur, ¿Qué demonios se supone que haces? Eso debería hacerlo Lucille. Te he ordenado la simple supervisión y clasificación de las criaturas ¿Qué es todo este desastre?

[code]— ¿Lobo- qué? ¡No, no! ¡Yo quiero helado! ¡HELADOOOOO!

Y una vez más la locura se hizo presente en la fémina, la cual fue corriendo hacia el resto de criaturas que estaban de pie y comenzó a danzar entre ellas, cortando sus cuerpos al convertir su sangre en un par de filosas navajas que cortaban todo a su paso. Giraba, brincaba, corría, era como una danza hermosa y clásica, pero con el toque pintoresco y grotesco que caracterizaba a la chica, una carnicería que la hacía más y más feliz cada vez que las tripas y la sangre salían salpicando hacia todos lados y más cuando la manchaban a ella.

— ¡Ven, ven Arthur! ¡Bailemos juntos hasta el anochecer! ¡Te va a gustar![/code]

[code]++ Viendo cómo aquella tercera línea había sido exterminada como a las anteriores, Arthur se limitó a desviar su mirada hacia Lucille, a modo de desaprobación aunque la gesticulación era imposible de demostrar para él, al igual que sentir cualquier clase de molestia. El único hecho para él era que el único que sentiría molestia era el mismo John Dee por ver que sus fuerzas habían sido reducidas por descuido de sus sirvientes.

— Te llevaré a una cita... pero con el Doctor Dee, a que te practique otra lobotomía.

Comentó en un serio y simple tono de voz, donde el sarcasmo en sus palabras era tan nulo como la existencia de la vida en aquellas bestias que cayeron recientemente. Y aunque lo intentaba, su humor era bastante escaso de chiste y dicha.++[/code]