¿sentía miedo por el mayor? sin duda alguna, se sentía severamente vulnerable, si aquel hombre fuese un mercenario, o un simple ladrón que podría despojarle de la vida; pero su convicción se compensaba con aquel deber de hacer lo correcto.
Abrazó el libro contra su pecho, aferrándolo con notorio ímpetu, asintiendo varias veces, lo que escuchaba atenta le llenaba de valor, la incentivaba.
El bien común, la justicia y la rectitud le emocionaba.

―argumentum ad passiones...― asintió otra vez mientras caminaba en circulos buscando concentrarse. ― Dime quien es, lo vigilaremos por una o dos lunas, revisaré personalmente los libros de ingresos y sus gastos. Así como hablar con el herrero, no debe estar actuando solo.
Si es necesario, le diré primero a mi hermano mayor. ―