[code]++ ― El más claro ejemplo de ello...

Respondió sin miramientos al tiempo en que notó cada esto en la joven entusiasta. Quería saber el tipo de reacción que ella tendría al saber el nombre del objetivo. Un objetivo difícil de creer al haber pasado siglos de haber oficiado su muerte e inactividad.

―... Su nombre es Sir Lancelot Du Lac.++[/code]

¿sentía miedo por el mayor? sin duda alguna, se sentía severamente vulnerable, si aquel hombre fuese un mercenario, o un simple ladrón que podría despojarle de la vida; pero su convicción se compensaba con aquel deber de hacer lo correcto.
Abrazó el libro contra su pecho, aferrándolo con notorio ímpetu, asintiendo varias veces, lo que escuchaba atenta le llenaba de valor, la incentivaba.
El bien común, la justicia y la rectitud le emocionaba.

―argumentum ad passiones...― asintió otra vez mientras caminaba en circulos buscando concentrarse. ― Dime quien es, lo vigilaremos por una o dos lunas, revisaré personalmente los libros de ingresos y sus gastos. Así como hablar con el herrero, no debe estar actuando solo.
Si es necesario, le diré primero a mi hermano mayor. ―

[code]++ Contrario a ella, su mirada se mantenía inexpresiva y, hasta cierto punto, desinteresada al escuchar que le ofrecían apoyo para retener a su objetivo.

— Lo es, corrompido por la misma naturaleza humana, y su insistente deseo por dejar que los sentimientos le controlen. Un caso perdido.

Comentó sin reparo alguno, parecía no poder perdonar aquella ofensa a su orden su tono era totalmente entregado a la desaprobación.

— Ya no se puede decir que se dedica al orden, tan solo a sus propios intereses.

Frunció ligeramente el entrecejo, dejando mostrar su decepción al hablar de aquella persona, al tiempo en que sus puños fueron apretados, conteniendo el resentimiento.

— Cualquiet medio es aceptable para detenerle... por lo tanto, acepto tu propuesta de ayuda. ++[/code]

Sus ojos se llenaron de emoción, la idea de ver o saber del caballero más fuerte de una orden la incentivaba a saber más. Aunque pronto esa emoción se tornó en confusión, la princesa es inocente y noble, por lo que le toma un rato entender aquello, y aún así, lo preguntará.

― ¿Porqué buscarías causarle daño a un caballero que dedica su vida a la orden? ¿Acaso es corrupto? ―


Enseguida, la idea de espiar un caballero y delatarlo con su padre, el Rey, no parecía una mala idea, al contrario, sería una persona corrupta menos en el reino.

― Déjame ayudarte. ―

[code]++ Había llevado su diestra a su barbilla en un gesto lleno de modestia al pensar en su siguiente movimiento.

— Mi objetivo es eliminar a un caballero, sin embargo, no se trata de cualquier caballero. Fue uno de los más fuertes de su orden.

Respondió con naturalidad, como si realmente no imprtara la clase de tarea u objetivo que tenía que cumplir. Revelaba parte de su plan de manera desinteresada y ausente de pasión o emoción, no obstante tampoco lo despreciaba en absoluto.

— No sería lo más conveniente, el objetivo puede salirse de control.

Sugirió, aunque tal vez la podría usar como carnada si bien lo pensaba, pero no sería lo más justo. ++ [/code]

Con sumo cuidado lo tomo entre sus manos, pero aquella respuesta solo avivó su curiosidad, esa inocencia de niña, ese abuso de confianza y esa nula idea de no meterse en las cosas ajenas.

― ¿lo que buscaba? ―

Agregó notoriamente con la intención de inquirir más al respecto.

― Se mucho de caballeros, aunque no lo parezca, conozco muy bien a varios de ellos. Tal vez pueda ser de ayuda. ―

y con un poco de sigilo mostró un broche que escondía entre sus ropajes, que revelaba su identidad como princesa, para cualquiera, que la señorita revelara su identidad podría ser peligroso, sin embargo, la biblioteca estaba rodeada de guardias y desde una distancia considerable, ella era vigilada, con aquella falsa idea de libertad.

[code]++ Tan inmerso en su lectura se encontraba que había perdido la noción del tiempo, aún habían algunos detalles que debía pulir para poder ser un digno contendiente de aquel al que debía enfrentar: un caballero. Mas aquel dulce y suave murmullo interrumpió la concentración del pelirrojo, desviando su mirada carmesí hacia aquella visitante.

No había escuchado cuándo fue que ella había llegado, más no respondió gran cosa al saber lo que ella buscaba. Sin más, aquel joven cerró el libro y lo entregó a la chica.

— Tomalo, he obtenido lo que buscaba. ++[/code]

― Disculpe...―

Murmuró la jovencita mientras daba muy ligeros toques en el codo del hombre de cabellos ambar.

―E-ese libro que tiene ahi. ¿sabe si hay otra copia? ―
Sus ojos se iluminaron con emoción, amaba leer de caballeros y sus hazañas.