-El chico estaba calmado, no tenía motivos para alarmarse de más, tan solo permitió que el sujeto tomara posesión de su cuchillo y rápidamente su mirada se bajó para observar este. Hasta cierto punto tal amenaza le hizo sonreír de un modo demasiado exagerado, deformando sus bellas facciones adorables para dar pie a una monstruosa mueca macabra y morbosa, dejando al descubierto esa dentadura de tiburón que tanto le caracterizaba a la hora de acosar a sus victimas.- ¿Por qué debería seguir las ordenes de alguien como tú? ¿Solo porque eres un demonio te crees superior a mi? No me hagas reir. -Tan imprudente como era, el muchacho no opuso resistencia, tan solo tomó el cuchillo sin intención de forcejeó y él mismo se lo clavó tan profundo que no solo desgarró su piel y produjo que comience a sangrar, sino que su cuerpo se estremeció de dolor y se curvó con sutileza hacia delante, aunque sin emitir sonido alguno-