-El chico estaba calmado, no tenía motivos para alarmarse de más, tan solo permitió que el sujeto tomara posesión de su cuchillo y rápidamente su mirada se bajó para observar este. Hasta cierto punto tal amenaza le hizo sonreír de un modo demasiado exagerado, deformando sus bellas facciones adorables para dar pie a una monstruosa mueca macabra y morbosa, dejando al descubierto esa dentadura de tiburón que tanto le caracterizaba a la hora de acosar a sus victimas.- ¿Por qué debería seguir las ordenes de alguien como tú? ¿Solo porque eres un demonio te crees superior a mi? No me hagas reir. -Tan imprudente como era, el muchacho no opuso resistencia, tan solo tomó el cuchillo sin intención de forcejeó y él mismo se lo clavó tan profundo que no solo desgarró su piel y produjo que comience a sangrar, sino que su cuerpo se estremeció de dolor y se curvó con sutileza hacia delante, aunque sin emitir sonido alguno-
Apretó su mandíbula de tal manera que hizo rechinar un poco sus dientes. No soportaba que sus presas se comporten de esa forma tan engreída, habría preferido no ser hostil pero no le dejó opción. Detectó su movimiento con la mano y se adelantó a el, metiendo la suya en la chaqueta y tomando su cuchillo. — Así que te gusta clavar con este juguetito... — Acercó sus labios a el oído del chico, ese movimiento hizo tintinear la cadena que tenía en su collar. — Escúchame atentamente... Tu actitud de mierda hizo que me cabree, así que vas a seguir mis órdenes al pié de la letra sí no quieres qué pruebe tu preciado cuchillito con tu estómago ¿Me entiendes? — Pegó su pecho a la espalda del chico y apuntó el cuchillo a la boca de su estómago, procurando que sienta la punta del arma en su piel.
Tu no eres quien hace las preguntas. -Literalmente estaba a punto de clavarle algo al cuerpo, no lo estaba dudando, más bien ya estaba bajando su diestra hasta el interior de su chaqueta para sujetar su cuchillo.-
Clavó los talones al suelo en cuanto le dijo lo de las armas, tenía la impresión de que aquello iba a dolerle. — ¿Armas...? Mmmh. Depende de la situación ¿Que tienes en mente?
-Dejó que el otro se le tirase encima, así que apenas tuvo el peso de este sobre si, le tomó de los brazos para empezar a caminar con este hacia el callejón.- Vamos a hacer cosas divertidas entonces.~ ¿Te gustan las armas?
¿Aburrido? ¿Porqué? ¡Si quieres divertirte hagamos otra cosa! — Lo rodeó para quedar detrás suyo y tirarsele en su espalda. — Estoy seguro de que puedo divertirte~
Ah... -Suspiró un tanto decepcionado para luego cruzarse de brazos ya que no le gustó que le golpearan la mano de esa forma tan grosera.- ¿Todos los demonios son así de aburridos? ¿O qué?
¡No soy una vaca, tonto! Soy un demonio, y no soy mujer. Por más que hagas esas cosas no va a salir nada, idiota. — Le Inflo las mejillas y le cacheteo la mano para que lo suelte. De todas formas, su enojo era de mentiritas y se notaba.
-Alzó una ceja y volvió a apretarle, esta vez tomando su pezón entre su pulgar e indice para masajear la zona, a la espera de que salga alguna sustancia o algo ya que en su cabeza no tenía pectorales sino tetas.-
