¡Ah! ¿Seguro? — Alzó su ceja y lo miró casi amenazante. (?) —

Mmm no.-Nego burlón mientras agitaba las esposas-

No, no, no... Tú sí eres peligroso con esposas, damelas mejor. — Río tratando de recuperar las esposas. —

Interesante (?)-Solto una carcajada tomando las esposas-

De un lugar secreto. — Quiso verse misteriosa cuando la verdad era que le iba a jugar una broma y por ello las había dejado en la cama. (?) —

¿De donde las sacaste?-Tenia curiosidad por ello por lo que pregunto (?) Mientras sonreía por sus mimos-

— Sonrió divertida y negó sin detener los besos. — Son solo mimos, dulces e inocentes... Malo si decido acostarte en la cama y usar estas esposas para atarte. — Quién sabe de dónde sacó unas esposas que colgaban de su mano. (?????) — Pero eso no va a pasar hoy.

Pero quién luce sospechosa ahora eres tú mi princesa.-Se relajo al sentir sus besitos sobre su espalda cerrando sus ojos por un momento-

Sí, definitivamente o será que ya eres sospechoso por naturaleza. — Se hundió de hombros mientras reía y fue desabrochandole la camisa botón por botón. Cuando la piel de su espalda comenzó a ser descubierta, empezó a dejar unos cuantos besitos. —

¿Si?-Se rie aún mientras suspira por el masajito sobre sus hombros mirándole de reojo con una sonrisa en sus labios-