— ¡Ah! ¿D-De verdad lo crees, Luan? — Rápidamente tomó su guitarra y la abrazó con fuerza, escondiéndose detrás de ella para evitar que el rubio le viera ese sonrojo en sus mejillas. Aquel halago le ruborizó bastante. — No puedo evitarlo...Es algo natural en los ángeles. Jeje.

—¿Ah sí? Bueno, adaptarnos a un sitio nuevo no es tan complicado, pero cada cierto tiempo debemos movernos y creo que eso es lo más tedioso de todo— Hizo una ligera mueca de desagrado, pero pronto retomó la sonrisa —Como sea, pareces demasiado adorable e inocente—

— Nilam me contó la historia de ambos. Pero...Estoy muy feliz de que ambos pudieron llegar a esta ciudad y encajar con los humanos. — Mencionó el aprendiz de ángel guardían, mostrando una dulce sonrisa de alivio al saber de que esos hermanos podrían empezar una nueva temporada de paz en aquel lugar.

—Jajaja si...— No iba a admitir abiertamente que Nilam jamás había mencionado a aquel chico, ya suponía que eso podría generarle problemas a su hermano que luego llegaría a reclamar, así que prefería evitarlo —Fuimos conocidos hace mucho tiempo, pero ahora es mejor que casi nadie sepa de nuestra existencia, en cuanto a poderes, bueno, creo que si hay cierto punto de comparación—

— ¡Ah! Debe ser eso. — Exclamó un tanto aliviado, esperanzado de que Nilam sí haya podido hablar de él a su hermano. — Yo tampoco había conocido antes a los Ifrit. ¡Son igual de poderosos que los ángeles!

—No lo sé, soy muy distraído, quizás si lo hizo y no me acuerdo— Comentó sonriendo despreocupado —Así que ángel guardían, que curiosa criaturita, mi nombre es Luan, es un gusto conocer a un amigo de mi hermano—

— Soy Alis. Un aprendiz de ángel guardian. Pero...¿Nilam jamás te ha hablado de mí? — El ángel se vio extrañado por ello, pero mantuvo su sonrisa ante el rubio hermano del Ifrit.

—Oh, así que conoces a mi lindo hermanito, que curioso ¿Como te llamas?—