-Es parte de tu libre albedrio, te dio la posibilidad de escoger tu destino...

Suspira, dejandole irse finalmente antes de regresar a su deber

— Si eso es cierto...Él no debió permitirme conocer a Nilam... — Murmuró con mucha tristeza y algo de enojo hacia el Dios Creador, bajando su mirada y dándose la vuelta, para dirigirse a la Academia de Ángeles.

Extendió sus alas y entró a la hermosa edificación estudiantil, volando en dirección hacia su habitación.

-Los detalles de mi mision en la tierra no puedo compartirlos, lamento no poder darte esa informacion, joven angel.

Le respobde, siendo completamebte sincero con el en ese aspecto finalmente

- Pero quiero que sepas que padre está, estuvo y siempre estará velando por tu bienestar y el de todos.

Se vio tentado en irse de allí hacia su habitación. Sin embargo, una pregunta cruzó por su mente, la cual necesitaba que el Trono se la respondiera directamente.

Aún con lágrimas en sus ojos, el joven ángel le miró, apretando sus puños.

— Fuiste...Fuiste a la Tierra porque el Creador te habló de mí...¿Verdad? ¿Él te ordenó que me convencieras de regresar, para ya no seguir pecando? — Sus preguntas las hacía desde el dolor, ya que aún estaba devastado por el hecho de que el Ifrit jamás estuvo enamorado de él.

El Ophanim le acompaña en todo momento, sintiendo su corazon doler por aquel ser celestial, acariciando su espalda, viendolas puertas de la academia estar cerradas, moviendo su mano para abrirlas

- Ve a descansar... luego nos vemos, si?

Le comenta con su voz aun suave para el.

Alis ignoró las palabras del Trono, pasando a un lado de él y cruzando las hermosas verjas de oro hacia el Reino Celestial, cubriendo sus ojos con ambas manos y llorando a mares, ante la vista perpleja de los demás ángeles que estaban por allí.

No le tomó mucho tiempo llegar hacia la Academia de Ángeles Guardianes, pero las puertas de allí estaban cerradas. Quería regresar a su habitación y llorar por horas, al tener su corazón roto.

-Alis...?

Los ojos del Ophanim se abren claramente sorprendido por sus palabras, pero entiende a quien se referia, suspirando de nuevo y llevandoselo con el

- Te estamos esperando... sabiamos que ibas a venir.

— Eres...Eres un maldito...¡No quiero volver a verte jamás! — Exclamó Alis con el ceño fruncido y volviendo a tener lágrimas en sus ojos, cuando escuchó claramente la voz de Nilam, mientras miraba hacia el mundo humano, como si le gritara directamente al ifrit, apretando sus puños y volviendo a volar junto al Trono, hacia el Reino Celestial.

-Alis... concentrate...

Le pide, atrapandolo aun, no dejandole moverse del lugar

- El mundo es cruel... por eso tenemos libre albedrio... pero el plan de nuestro padre no es que suframos, es que aprendamos...

Las alas del joven aprendiz de ángel guardian también se agitaban a la par con las del Trono, elevándose hacia los cielos junto a él. Con cada kilómetro de recorrido en ascenso hacia el Reino Celestial, las vestiduras humanas que Alis usaba eran cambiadas como por arte de magia por las vestiduras blancas y su coronas de ramas y hojas silvestres que solían usar los ángeles que aún no le era asignada una misión o "carrera angelical".

Al percatarse de estos cambios en su apariencia, Alis se detuvo de seguir volando, para volver a mirar hacia la mundo humano, volviendo a entristecerse.

— Me rechazó... Jamás me amó... — Murmuró Alis en voz audible a Ophanim, refiriéndose al ifrit. — Me dejó sólo...