-Por ser semidioses más viejos y más entrenados son los que mandan a misiones por otros hacia tan solo un par de semanas de su última misión cuando se le encomendó aquella tarea siendo bastante sencilla al momento de llegar el problema era convencer al hijo de Hades para que la acompañe al campamento ese si era un reto ella junto a un hijo de Hermes fueron los seleccionados habían pasado demasiadas cosas en tan solo tres días y ahora se encuentran en algún hotel, la rubia con cara de exasperación y el azabache negándose a colaborar y por su mente pasaba el dormirlo.-
Eres hijo de uno de los tres grandes.. Eres como un faro para los monstruos.. Kaiser.
-No le molestaba la idea de divertirse pero le preocupa más causar un alboroto en las calles sumando a eso su propia seguridad estaría en riesgo de ser el menor de sus problemas, lo analizo quizás unos minutos además su compañero no era de mucha ayuda-
— Seguro que sí. — Atribuyó. No estaba muy familiarizado con los hijos de otros Dioses, de hecho, sólo una vez recordó confabular con una chica muy peculiar, decía que tenía que ir a San Francisco, y él sabía porque. No necesito más, se aisló y mantuvo control de sí, hasta donde pudo. Ya no había escapatoria, tenía que juntarse con ellos contra su voluntad o Hades se enteraría. Y seguramente sería severo con él ante la justicia y su promesa hecha. Salieron del punto pactado, quizás habían mandado refuerzos por si él se rehusaba a ir. Claro que sí, no tomarían a la ligera que el hijo de Hades anduviera suelto. — Bien, me tienen que es lo siguiente, ¿O es que no podemos divertirnos un poco antes de llegar? —
-Sonrio ligeramente ante su pregunta arqueando una ceja mostrándose más relajada era claro la diferencia de tamaños incluso podría decirse que era una escena bastante cómica, fuera de aquella habitación los esperaba otro semidiós hijo de Hermes-
Por supuesto que no soy así todo el tiempo.. Suelo tomarme las misiones muy en serio eso es todo
Le doblaba el tamaño, era tan pequeña a su lado, podría hacer alguna jugarreta a su favor, pero se negó a hacerlo ya que su actitud parecía ser la menos agradable.
— ¿Eres así de todo el tiempo?—
Soltó despreocupado, dos pasos de ella eran uno para él. — Porqué de ser así, esto será un largo viaje. Relájate, ya cumpliste, me llevas y ni siquiera tuviste que pelear. —
-Poco le falto para darle un golpe en aquel rostro aunque claro Quiron le haría un interrogatorio de porque lo hizo cosa que le hizo hacer una mueca cuando el azabache acepto ir sin más fue un alivio por lo que se levanto de aquel sitio para tomar su mochila-
Encarnó una ceja, sus opciones estaban limitadas de igual manera. De quedarse tendría que enfrentarse a más interrogatorios más irritantes que éste. Y dado que no tendría alternativa más que ir por órdenes de su padre. — Vamos, seré benévolo y te ayudaré con tu misión de llevarme. —
Quiron y el señor D no tengo ni siquiera que preguntar quién es tu padre ¿Cierto?
-Tenia esta apariencia ligeramente pálida y aquella mirada que era característica de los hijos del dios del inframundo aún así vaciló en aquella duda demasiadas preguntas para alguien como él, suspiro ligeramente por ello-
Pronto, Kaiser sería contactado por un semi Diosa. Había escuchado ya rumores, negándose a ir debido a que no deseaba ser alcanzado por dicho mundo y tampoco deseaba ir a ninguno de los dos campamentos de los cuales había hablado con su padre. Pero accedió, al final accedió una noche antes a hablar con la chica e intentar convencerlo.
— El poder de la persuasión. Dime, ¿Quién te envió y por qué? Ya antes había dicho que no sería posible que me arrastrara. Ahora, veo esta... ¿Oportunidad? De nuevo. Y, quiero saber ¿Por qué? —
Se había salido de control, había causado estragos. La oficina policial Alemana no se explicaba lo que había sucedido, era cierto que él era el más prometedor detective. Esto había ido lejos, pues una cámara había captado ciertas inconsistencias. Él no quería asesinar a nadie, simplemente se 'activo su sentido' él cual era característico de los Hijos de Hades; Percibir la muerte. En el video se captaba como la tierra comenzaba a tragar los cuerpos de los maleantes, como si esta se moviera a voluntad del Oficial Krämer. Y quizás, así era. Más él no hablaría de esto con nadie negando todo, seguramente ya habría llamado la atención de su padre. No cometió ninguna fractura en el flujo natural de la vida, el olor a muerte era demasiado en esos sujetos, perecerían de todas formas. Pero, no había forma de escudarse. Ahora todo el cuerpo policial estaba encima de él en desconfianza.
