•Cuando le fue ajustado el cinturón al cuello sentía que no podía respirar bien, además el rubio se levantó, obligandola con tirones a marchar a cuatro patas a su lado. Estaba muy sonrojada por ello y la falta de aire, en esa posición cualquiera que mirase por detrás vería bajo su falda•

—E-Esto es algo humillante

— ¡Haré lo que se me de la gana!

No tenía ninguna correa cerca, pero... ¡Tenía un cinturón! Se lo saco y se lo puso al cuello, apretandolo con cierta fuerza. Se paró al lado de ella.

— ¡Ahora en marcha... perrita~! —

— No hagas nada estúpido, me portare bien, prometo que me voy a portar bien

•Ella tuvo que mantenerse en el suelo, la fuerza de Bakugou era excesiva, le dolían los senos al tener contacto con el suelo nada liso. Aún continuaba moviéndose•

Apoyó con violencia su palma en la espalda de la chica, ejerciciendo fuerza para no dejarla levantarse.

— ¡Vaya! Me has dado una buena idea de como será tu castigo. Correas~ —

— ¡Ahhhhh! ¡Ayuda! ¿Dónde está la correa de Bakugou?

•Despues de que el cayese encima de la chica esta comenzó a forcejear con bastante fuerza, busca entonces de tocarlo con las almohadillas de sus dedos para hacerlo flotar•

— ¡ESTÁS MUEEERTA! ¡SHINEEEE! —

De un potente salto, se tiró encima de ella, cayendo en sus espaldas derribandola(?)

— Déjame, lejos, lejos

•Ya había hecho cabrear lo suficiente al rubio, sentía que no sería algo carnal, sentía que literalmente iba a matarla•

— ¿¡ASI QUE TE GUSTA MOLESTARME!? ¡VEN AQUÍ, RECIBIRÁS LO QUE TE MERECES! —

•Ya no sabía que le sucedía a Bakugou, tenía una cara de asesino más marcada que la usual. La castaña se dedicaba a correr, pese a que el otro a veces pudiese darle alcance lograba mantenerse y apretar el paso•

— Da miedoooo