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Lucius, quien se había vuelto su compañía por días, mientras Mozus se ausentaba, salió corriendo desde su regazo en medio de un juego con su apuntador. —¿Hm? —Recordó que no había dejado el laboratorio cerrado, así que antes de que fuera a tropezar con cualquier sustancia delicada, lo siguió—. ¡Lucius! Stay! —Pero claro que eso no funcionaba con un gato. Sin embargo, el animalito se quedó tranquilo una vez que un par de manos lo recogieron—. ... ¡Mozus! ¡Has vuelto!
 
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s1578248 · 61-69, M
~ ¿Agradecido? Veo que ese orgullo no ha cambiado nada en ti. Además no eres el único de mis estudiantes que se convirtió en maestro de esta academia. ~ De solo pensar que Sam y Ashton fueron estudiantes de Night Raven College le hacia pensar el porque ese par también se quedaron en la academia, de uno podía imaginarlo, los réditos de tener una tienda en este lugar eran ciertamente grandes pero el otro volverse profesor de educación física nunca lo imagino. Sus tres revoltosos estudiantes habían crecido y con ello se esfumo la torpeza de sus acciones de novatos, aunque estarían bien grabadas en su memoria. ~ Aunque... admito que es bueno tener de compañía a personas que conozca tan bien como ustedes. ~
User1574767 · 36-40, M
Ante la mención de sus accidentes, cerró los ojos con aparente desinterés. La imperfección desde siempre había sido inaceptable para él, incluso en ese tiempo. Luego lo observó y parecía estar viajando por el sendero de los recuerdos.

De hecho, no lo he visto en más o menos un año. Dalmatia tiene demasiadas obligaciones con Madame De Vil, y yo... si quieres pasas a mi oficina y ves la pila de trabajo. —Le sonrió y se encogió de hombros, alzando ambas manos—. Los pupilos nos olvidan con facilidad, ¿no? Por eso deberías sentirte afortunado de que sigo por aquí para hacerte compañía~
s1578248 · 61-69, M
~ Así que fue por eso... Ahora lo entiendo todo. Es verdad que siempre te destacaste en la clase de pociones y alquimia, eras el mejor en esa materia aunque recuerdo que tuviste uno que otro accidente en tu primer año de estudio. Pero aprendiste de esos errores y te volviste en el mejor, y ahora enseñas esa materia. Los giros que da la vida... ~ Recordó todo eso con mucha nostalgia, si cerraba sus parpados era como ver esas viejas memorias frente a sus ojos, pero aquel jovencito torpe se había vuelto un adulto memorable. ~ Recuerdo a Dalmatia pero no lo he visto desde hace mucho, imagino que mantienes contacto con él, como su entrenador debe ser muy cercano a ti Divus ~
User1574767 · 36-40, M
Rodó los ojos y ahogó una risa, mirándole como si le pareciera ingenuo para tal edad. —Inseguridad. Sólo sé que tienes tus propias opiniones respecto a todo, siempre lo dejas en claro. —Sonrió más amplio y de manera poco más infantil—. Aunque escucharte decir cumplidos sobre mí es bastante placentero, no lo voy a negar~ —La sensación le era similar a cuando una bestia brava y reacia, finalmente lo complacía.

En cuanto a por qué me quedé aquí, creo que nunca te conté esa historia. —Lo observó pensativo, pasando un par de dedos por su barbilla—. Alquimia siempre fue uno de mis fuertes y algo que siempre he disfrutado, pero Madame De Vil me convenció definitivamente de quedarme aquí, después de convertir y entrenar con éxito a Dalmatia.
s1578248 · 61-69, M
~ Oh, acaso ¿sientes inseguridad de tu profesión como para preguntarme si mereces estar aquí? eso es algo nuevo. Pero ya que lo mencionas. Lo mereces, eres un buen profesor, y sabes dar tus clases con extrema sabiduría. ~ Era algo fuera de lo común que alabara a otra persona pero en este caso conocía bien las capacidades de sus estudiantes y Divus nunca fue la excepción. Incluso en su época de alumno era uno prometedor, así que el ser maestro era algo que le sentaba muy bien, sin contar con que era uno de los pocos que podía controlar a los estudiantes.
User1574767 · 36-40, M
Lucius se interpuso en su camino, como era usual. Lo invitó a entrar entre sus manos, acariciando su lomo y detuvo el masaje en los hombros de Mozus, nada más que posando las manos. —Claro, habría sido exquisito imponer mi propio estilo controversial en una industria con tanto potencial, pero tan aburrida. —Volvió a su sitio para tomar asiento frente a él—. Pero mi papel aquí es mucho más necesario... ¿O crees que no lo merezco? —Inquirió, enarcando una de sus cejas.
s1578248 · 61-69, M
Odiaba admitirlo pero el masaje era bastante relajante, al menos sus hombros no se sentían tan pesados como antes. ~ Uno nunca termina de conocer a las personas, pero puedo decir que te conozco lo suficiente como para entenderte, después de todo fuiste uno de mis estudiantes aunque jamás espere que te volvieras, profesor. Todos pensaban que te dedicarías de lleno al mundo de la moda. Sigo sin entender porque el conocido Demonio del Fashion se quedo como profesor. ~ Cerro los ojos dejando la mente en blanco, pero Lucius se les quedo observando un rato para después subirse al hombro de su dueño y quedarse con la mirada fija en Divus, maullándole como si le preguntara que estaba haciendo. ⌞¡Miiiiiaaaaaauuuuu!⌝
User1574767 · 36-40, M
Amplió más su sonrisa y se levantó de su asiento, para colocarse detrás de él. Tomó sus hombros y presionó; de hecho, estaban bastante tensos. —Ah, me conoces bastante bien, aunque no tanto como podrías. —Comenzó tan inocente como su misma naturaleza se lo permitía, simplemente masajeando toda el área de los hombros y cerca del cuello—. ¿Así está bien?
s1578248 · 61-69, M
Observo de reojo a Divus mientras escuchaba su propuesta, lo conocía perfectamente desde su época de estudiante pero con los años todos habían cambiado además el viaje realmente fue extenuante para él. ~ Es extraño que sugieras un masaje, la verdad no me caería mal pero espero no tener que recordarte que no soy uno de tus cachorros de entrenamiento con los que puedas jugar ~ Mantuvo su postura serena mientras volvía la mirada a Lucius que seguía sobre la mesa pero jugando esta vez con la copa de Divus.
User1574767 · 36-40, M
Tengo mis métodos~ no ves a los de tercero siendo un desastre... Kingscholar es otro caso. —Ni siquiera habría tenido que mencionar al león, él era caso perdido para todo el profesorado. Al escucharle, se reclinó sobre su silla, apoyando los codos en la mesa y su quijada en una de sus palmas, sonriéndole sugerente—. Pobre~ ¿No te gustaría un masaje? Me han dicho que hago maravillas con mis manos.

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