Las risas de las hienas eran sumamente molestas y una que otra lanzaba una mordida al aire esperando que a ellas también las alimentara, cosa que no iba a hacer, quien se merecía toda su caza era el león frente a ella, si lo ayudaba incluso ella podría tener un lugar asegurado en su manada y por ende en el reino, no era un mal plan. Solo se limito a ver altiva con desprecio a las hienas específicamente a tres que no paraban de molestar al león con palabras como "Scar no nos vas a dar un muslito".
Realmente molesto, pero si iba a estar ahí ayudándolo se limitaría solo a empujarlo no a cuestionarlo, después de todo el era el que conocía a su hermano y sabia lo que hacia.
Bufo molesta ante las hienas y dio media vuelta para disponerse a salir de el lugar y dar una vuelta a sus alrededores.-Esperare a que estés listo para el siguiente movimiento.- sin camino hacia la salida del lugar dispuesta a dar una vuelta a los alrededores.
Sólo la observó desde su posición; en silencio, tranquilo, con los párpados tan pesados como siempre, que no le quitaban sagacidad a su mirada turbia. La vio alejarse y echó la mirada hacia un lado, donde las hienas reían mientras roían varios huesos de antílope.
El golpe seco de la pierna cadavérica y el olor de la sangre volvieron su mirada al frente. Primero sonrió y a eso le siguió una carcajada en aumento, antes de tomar la pierna entre sus garras. Tenía un ejército de decenas de hienas con cerebros sumamente pequeños y manejables dispuestas a matar lo que se moviera tras la orden de su rugido... y una leona, fiera cazadora y astuta dispuesta a empujar cada uno de sus pasos al trono. Celebró eso con una mordida despiadada a la carne. —Oh, ¡al fin un poco de perspicacia para hacerme compañía! —Elogió mirándola, antes de seguir devorando la pierna.
Bajo la mirada tan solo para observar el hueso que rodó hacia su pata y lo aplasto haciéndolo añicos.- ¿Por cuanto tiempo?- Cuestiono con un toque de curiosidad. Le causaba intriga la personalidad de el león, tan imponente no dudaba que seria un excelente rey.- Tan confiado en tu estrategia, veamos si funciona como planeas.- Da la vuelta y se aleja unos instantes regresando para lanzarle una pierna de zebra.- Cuenta conmigo.
Llevó una garra al interior de sus fauces y sacó de entre sus colmillos un fino huesillo de costilla de ratón, impecable, el cual arrojó cerca de ella. —Sigo a la cabeza de la pirámide. —Comentó tranquilo, con la misma sorna con la que ella trataba el tema—. Te puedo asegurar que no estoy rodeado de idiotas por algún movimiento espiritual y astrológico de los que balbucea el mono anciano cada día, Zira. —Comentó con monotonía, echándose en el suelo arcilloso, aburrido, holgazán, y bostezó—. Es adrede, querida. Precio a pagar por el premio mayor.
Sonrie de medio labio arqueando la ceja cruzandose de brazos.
-¿Te ha comido la lengua el raton?- Pregunta burlesca.
Zira era fuerte, independiente, no temia decir lo que pensaba, eso le causaba muchos problemas, pero a pesar de eso era muy inteligente, lo unico que queria era escalar y le quedaba claro que en el caso de Scar tener un trio de idiotas como sequito no
