Admito que la última vez, quedé satisfecho con tu... —Hubiese querido recordar qué era, pero lo único que su mente rebobinaba era el terrible dolor estomacal.— Cofcof, sin embargo, tendremos más tiempo para hacer alguna otra cosa si te ahorro el trabajo gastronómico. ¿No lo crees? —Y eso era verdad, atesoraba esos días en que podían pasar juntos más de dos horas seguidas. Antes de que A buscara su mano, atinó a dejar una caricia sutil en su mejilla, sonriendo con tranquilidad evidente al percatarse de que estaba tibia, la bebida caliente hacía su efecto.— No lo dudo. He leído comentarios bastante... Poco agradables sobre tu compañero, ¿te ha tratado mal?
— He intentado proclamar te mi máxima prueba de amor ofreciéndote mi comida... Pero tal vez tu idea sea mejor, no quiero arriesgarme a quedarme sin ti. — Empezó a reír; gracias a la bebida caliente sus manos se encontraban ya más tibias y el frío iba desapareciendo de a poco. No era sorpresa alguna, la sola presencia de L era tan cálida como el sol. — De acuerdo, tú conoces más de sitios lujosos que yo así que lo dejaré a tu elección... Y prometo que en cuanto acabe la serie iremos de vacaciones a donde nadie nos conozca. También necesito unos días libres, el tipo con el que trabajo es algo pesado. — Infló sus mejillas con molestia e, inmediatamente, buscó la mano contraria para hacerse de ella. Quería sentir su presencia y apoyo.
Terminaría con un posible coma diabético, pero voy a correr el riesgo, así te cuidaría de cerca. —Aunque no era un tipo que demostrase demasiado su afecto, en verdad necesitaba aprovechar los momentos a solas, donde ninguna cámara los acechara con descaro.— ¿De verdad vas a arriesgarte a cocinar? Podríamos ir a algún restaurante con zona preferencial, para que no te molesten. Llego a creer que necesito una cámara para acercarme a ti.
— La próxima vez deberíamos tener un proyecto juntos, así podría verte todo el tiempo hasta cansarte con mi azúcar. — Tomó un sorbo de su bebida caliente mientras una sonrisita se formó en sus labios. Usualmente no podía tener demasiadas muestras de afecto con su novio en público y, por ello, gozaba de esos pequeños ratos a solas. — ¿Qué harás hoy? Tal vez pueda invitarte a cenar después, haré lo que te apetezca... O quemaré la cocina en el intento.
—Inmediatamente, una pequeña sonrisa surcó sus labios.— ¿Siempre muy ocupado? Pero qué frase tan curiosa ha dicho mi actriz favorita. —No fue indiferente al gesto, que lo puso de buen humor, así que tuvo a bien dejarle un beso similar, aunque en su frente.—
— ¿No te parece que es muy corto? Siempre estás taaaan ocupado. — Bromeó, sosteniendo su vaso y poniéndose de puntillas para darle un breve beso en la mejilla.
