...¿en qué piensas? Sientes la quemadura de tu hermana como si fuera tuya, pero en el alma. Sientes el terror de perder a tu imagen maternal, sientes el mismo miedo que experimentaste el día que el fuego te arrebató a tu madre.

Esta vez eres grande, ya no eres un niño de diez años que no sabe qué hacer. Ahora sabes qué hacer y, aunque tienes la desventaja, tienes el coraje y el valor de proteger lo que amas… así se trate protegerlo del avatar: el ser más poderoso.

Recuerda cómo lo enfrentaste, guerrero. Tú saltaste sobre Aang y lo pusiste bocabajo contra el suelo, sosteniéndole las manos atrás. Estás furioso porque lastimó a alguien que amabas, pero… felicidades, Sokka. Encaraste tu miedo y evitaste que te la arrebataran. Aunque probablemente te costara la vida, estabas enfrentando tu miedo de perderla e hiciste lo que tenías que hacer para protegerla.

Entrega tu corazón y tu vida por ellos, Sokka.

...¿no es el mismo que acabó con la vida de tu madre?

Mientras aguardas afuera, nervioso, que concluya la primera lección con fuego para el avatar, estás preguntándote qué harías si tú pudieras dominar el fuego. ¿Lo usarías? ¿Tendrías el valor de usarlo? ¿Y con qué? ¿Para qué? Si el fuego te arrebató todo lo que amabas. Son muchas preguntas que te preocupan porque sabes que Aang tiene una parte de ese enemigo dentro de sí. ¿Pero confías en él?

“Claro que confío en él”, pensaste. Pusiste todo tu corazón en ese niño de doce años para salvar al mundo y protegerte a ti y a tu hermana.

Pero poner tu corazón en él no es suficiente.

¿Qué escuchas, Sokka? Es Katara llorando. Ella llora de dolor porque alguien la ha lastimado.

Te apresuras, corres tan rápido como puedes y la vez llorando a orillas del agua. El avatar trata de acercarse a ella para “ayudarla”, pero te das cuenta de que él la lastimó.

¿En qué piensas? Sientes la quemadur

...defender lo que es tuyo.

Aguarda un momento, ¡ahora se retiran! Se retiran y por fin los dejan en paz, ¿pero está todo bien?

No, no lo está.

Tu madre no respira y tampoco te espera. ¿Por qué?

¿Por qué no pudiste salvarla? El tiempo te jugó una mala partida. Diez años no son nada, necesitas crecer y ser fuerte si quieres, por lo menos, considerarte digno de tomar un arma y defender lo que amas. No pudiste hacer nada, no pudiste salvar la vida de tu madre, no pudiste proteger a tu padre, ni a tu hermana del dolor que la partida de Kya traería consigo.

¿A qué le tienes miedo, Sokka? ¿A perder más? ¿A perder a los que amas? Temes con justa razón porque no eres lo mismo que ellos. Eres menos.

Intenta abrazar a tu hermana ahora. Te cambiaré el escenario: Nación del Fuego, tienes 15 años, acompañas al ser más poderoso para que aprenda a dominar el fuego control.

Fuego control.

¿No es el mismo que acabó con la v

...por qué la blanca nieve de tu hogar se mancha de negro, se contamina, comienza a oler mal también…

Recibe las órdenes del jefe, Sokka. Debes regresar con tu hermana a casa y dejar esta guerra para los hombres que te prepararon para ser como ellos.

¿Cómo te sientes? ¿Fuera de lugar? Estás fuera de lugar porque eres pequeño, débil y poco útil. El fuego te consumirá primero a ti si das un paso antes que tus hombres y si corres hacia el peligro.

Las banderas rojas comienzan a pisar los glaciares que te han visto crecer, hay muchos hombres que van a defender tu hogar, pero mientras te empujan y te ordenan retroceder. Eres un niño. El enfrentamiento es demasiado pars tus ojos y no comprendes por qué están atacando. Tienes miedo porque son demasiados. El fuego late coraje, ira, peligro y quiere arrebatar la vida que este mismo inspira. No sabes qué hacer, no entiendes por qué no eres como los hombres que están peleando y por qué no estás a su nivel para defend

...dormir, probablemente trenzándose el cabello o, simplemente, haciendo alguna actividad. Tú estás preparándote para ser un hombre y un guerrero desde tan temprana edad y arrastras los animales que tu padre trajo al regresar de la caza.

Recuérdalo bien, Sokka: cuando tu padre regresa, tu hermana y tu madre, cuyo rostro es borroso para tu memoria, los esperan con el fuego encendido. Recuerda a Hakoda y a Kya recibirse en un abrazo… Katara te lanza una bola de nieve para que vayas a jugar con ella mientras los adultos se encargan de sus tareas.

Eso es, pequeño gran hombre. Corre, juega, ríe, sé feliz, deja que tu inocencia te permita ser feliz andando sobre la nieve, antes de que el hollín comience a caer el cielo junto con más copos de nieve.

¿Hueles eso? Es el peligro. Aunque no puedes verlo con claridad, el olor del humo es inigualable porque es desconocido. Sabes que con él se acerca alguien, ¿pero quién? No lo sabes, y tampoco entiendes po rqué la blan