Con la siguiente negociación la niña se mostró cabizbaja, de todas formas hizo lo que podía dentro de sus posibilidades y no tenía nada más que ofrecer.
Pero la pregunta sobre su aspecto le sorprendió que le hizo mirarle un tanto asombrada, era la primera vez en mucho tiempo desde que se quedó sin familia que alguien mostraba que le importaba como se sentía incluso a alguien como él que la conocía de poco tiempo.
Su corazón estalló de felicidad y con ello una enorme e inocente sonrisa se dibujo en su rostro, mostrando su dentadura imperfecta y con la esencia única de una niña que le habia devuelto la fe de volver a confiar así fuese un poco en otra persona o en su defecto un demonio.